Acciones creativas de autodefensa – La que Arde https://www.laquearde.org Revista digital Tue, 31 Oct 2017 03:21:47 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9 Ladyfest Juárez 2015, La desobediencia nos hará libres. Por Ivonne Ramírez https://www.laquearde.org/2015/08/29/ladyfest-juarez-2015-la-desobediencia-nos-hara-libres-por-ivonne-ramirez/ https://www.laquearde.org/2015/08/29/ladyfest-juarez-2015-la-desobediencia-nos-hara-libres-por-ivonne-ramirez/#respond Sat, 29 Aug 2015 12:16:38 +0000 https://www.laquearde.org/?p=3826 Texto dedicado a: Alejandra, Itzel, Linda y a las mujeres guerreras que se apropiaron del Ladyfest Juárez 2015. Sólo son mujeres una nota roja viento pasajero que a nadie le importa Arminé Arjona Hace poco se llevó a cabo en Ciudad Juárez la segunda edición del Ladyfest Juárez 2015, un festival feminista multidisciplinario impulsado desde …

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Texto dedicado a:
Alejandra, Itzel, Linda
y a las mujeres guerreras
que se apropiaron del
Ladyfest Juárez 2015.

Sólo son mujeres
una nota roja
viento pasajero
que a nadie le importa

Arminé Arjona

Hace poco se llevó a cabo en Ciudad Juárez la segunda edición del Ladyfest Juárez 2015, un festival feminista multidisciplinario impulsado desde la autogestión y la organización sororal horizontal. Este festival es el primero en su tipo, pues hasta ahora no se habían realizado en la ciudad eventos feministas autónomos con duración de dos días que ofrecieran actividades diversas, totalmente gratuitas, a una parte de la comunidad juarense.

Se preguntarán por qué tomó tanto tiempo que se realizara un festival así en pleno siglo XXI. También yo me lo cuestiono.

Esta ciudad parece estar suspendida en el tiempo. Caminas por las calles del centro y automáticamente te trasladas, a través de sus tapias, vestigios de casas derrumbadas y estructuras arquitectónicas, a épocas de antaño, donde al calor del verano la gente se entregaba a las tentaciones ofrecidas por la noche, y las bocas desconocidas se topaban ansiosas entre besos y tragos. Aunque se parecen, no eran estas noches, eran otras. Muchos años atrás, antes de la guerra.

No puedo ofrecer respuestas. Tal vez soy una de esas personas que de tan inmersas en el lugar no alcanzan a ver en qué proporción pesa la vida, y muchos de los procesos sociales que deberían avanzar, se alentan. Será, como lo reflexionábamos entre feministas hace poco, que el capitalismo patriarcal impone a las mujeres condiciones que las obligan a trabajar incansablemente para sobrevivir, sin dejarles tiempo para pensar en nada más. Sin embargo, eso sucede en todas partes.

Quizá sean las distancias. La ciudad ha estado apartada, aislada de las ideas progresistas y frescas a causa de los trayectos tan extensos que hay que recorrer para llegar a ella. Por lo tanto, su interacción cercana y masiva con movimientos socioculturales es casi nula. Además, los viajes son caros y Ciudad Juárez comparte frontera con la ultraconservadora ciudad de El Paso, Texas.

Aunado a todo esto, el Ladyfest Juárez vino a irrumpir en una urbe fronteriza que a pesar de aparentar ser muy liberal, cuenta cada vez con más personas que se unen a manifestaciones, no contra el apabullante número feminicidios perpetrados en esta ciudad, sino contra el matrimonio entre personas del mismo sexo. Mientras tanto se siguen cerrando clínicas de aborto en Texas, se multiplican las escuelas y congregaciones religiosas en la ciudad, y se intensifican los ataques hacia cualquier iniciativa feminista.

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Para abrirnos paso desde la autodefensa que para nosotras significó este festival feminista, no necesitamos más razones que los más de 1,500 feminicidios perpetrados en lo últimos 20 años y los 24 feminicidios cometidos de enero de 2015 a la fecha; el acoso sexual y la hostilidad hacia los cuerpos de las mujeres en los espacios públicos y privados; la indiferencia o las agresiones que recibimos de los grupos de izquierda y colectivos artísticos de la ciudad; y tener que enfrentar cotidianamente lo que implica la supervivencia en un Estado criminal, racista, clasista que ha propiciado, respaldado y prolongado esta guerra genocida y misógina.

Lo anterior es importante, ya que describir el panorama a grandes rasgos nos sitúa en un momento histórico específico y contextualiza las actividades realizadas dentro del marco del festival. Pero ¿por qué hablo de autodefensa feminista si esto no es más que un festival encaminado a concebir espacios creativos, políticos y dialógicos desde y para las personas que se asumen como mujeres? Hablo de autodefensa mientras me llega la fosa. Y hablo de autodefensa entendida desde un amplio concepto a partir de la organización y configuración de espacios combativos antiheteropatriarcales, donde las mujeres en rebeldía podamos instaurar y fortalecer redes de apoyo sororal, sitios para deconstruir las formas de relacionarnos, de divertirnos, sumando cuerpas y actos contra el machismo en todas sus expresiones.

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La contraparte de este adverso entorno son las cerca de 400 mujeres, no necesariamente feministas, que participamos activamente durante dos días en busca de nuevas apuestas, de un espacio propio. Esto habla de una necesidad tangible que está siendo abarcada por un festival en constante movimiento: un festival inconcluso, abierto a modificaciones, una plataforma de enriquecimiento mutuo y continuo desde los variados feminismos y las muchas maneras en las que las mujeres estamos paradas en la universa.

El festival nos ha dejado aprendizajes que apenas estamos aterrizando desde una mirada analítica y autocrítica, esperando poder compartirles pronto nuestros errores, aciertos y aspectos a mejorar.

Desconocemos si aquí, en nuestro ahora, seremos testigas de otra munda posible. Sin embargo estamos seguras, sin dudarlo, de que desde la desobediencia nos hacemos de alguna manera más libres, las voces nos crecen más potentes y las individuas nos volvemos colectivas.

He aquí la muestra.

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Imágenes: Carolina Rosas.

Ivonne Ramírez. Feminista, agitadora cultural, literata. Desde hace 12 años trabaja por una subversión política y cultural. Interesada en la pedagogía feminista, mediadora de lectura y escribidora de prosa, poesía y ensayo. Arde por crear espacios activamente festivos, placenteros y críticos para niñxs y mujeres, contrarrestar la misoginia interseccional, trastornar al menos una pequeña parte del heteropatriarcado desde el trabajo comunitario al lado de otras feministas, desbaratar nuestras nociones binaristas y luchar por una munda menos falogocentrista.

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Autodefensa en bici. Por Diana Rivero https://www.laquearde.org/2015/08/29/autodefensa-en-bici-por-diana-rivero/ https://www.laquearde.org/2015/08/29/autodefensa-en-bici-por-diana-rivero/#respond Sat, 29 Aug 2015 11:45:31 +0000 https://www.laquearde.org/?p=3823 Ser mujer ciclista en México requiere el doble de valor que el que le implica a un hombre serlo. Nosotras debemos lanzarnos a la hostilidad de las calles cuidándonos no sólo de la imprudencia machista al volante y de observar las normas de tránsito para no sufrir accidentes, sino también de los hombres que nos …

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Ser mujer ciclista en México requiere el doble de valor que el que le implica a un hombre serlo. Nosotras debemos lanzarnos a la hostilidad de las calles cuidándonos no sólo de la imprudencia machista al volante y de observar las normas de tránsito para no sufrir accidentes, sino también de los hombres que nos acosan y agreden por ser mujeres.

Por ello, nuestro objetivo es capacitar a las mujeres de Aguascalientes para que cuenten con las herramientas y el conocimiento necesarios para defenderse, eliminar la parálisis y aprender a responder con velocidad en caso de que sus vidas o su integridad estén en riesgo frente a una agresión machista.

La bicicleta jugó un papel protagónico en el movimiento de emancipación femenina, y acompañó a las mujeres de antaño en su lucha para acceder al voto, ya que la utilizaron como emblema de su libertad. Usar la bicicleta nos da el poder de controlar nuestra movilidad en completa independencia, así como de reconocer nuestros cuerpos y nuestras capacidades como mujeres.

Descripción de la acción

Capacitar a mujeres ciclistas con las estrategias necesarias para reaccionar ante amenazas que pongan en riesgo su integridad o sus vidas (como el secuestro y la violación), valiéndose de su conocimiento de las calles, de sus bicicletas, de la situación y de sus cuerpos como mecanismos de defensa.

Mecanismos de implementación

El taller contará con cuatro bloques de trabajo:

  1. Introducción

Se brindará una plática introductoria para visibilizar el acoso callejero como violencia de género. Se sugerirán estrategias a seguir en caso de ser víctimas de agresión verbal, física o de una confrontación, así como consejos para trazar rutas seguras. También se proporcionará información sobre las organizaciones de la ciudad a las que se puede acudir en caso de ser víctima de algún delito.

  1. Taller de mecánica básica

Posteriormente se impartirá un taller de mecánica básica para bicicletas, con la finalidad de reducir el tiempo de paradas originadas por desperfectos o percances, lo que reduce el grado de vulnerabilidad en la calle.

  1. Evitar confrontaciones; artículos de defensa personal

Con base en pláticas y en experiencias compartidas por las participantes se discutirán escenarios y circunstancias que podrían ponernos en riesgo. Basándonos en eso se propondrá un modelo de evaluación rápida que nos ayude a evitar confrontaciones con hombres acosadores y con los demás actores de la vía, ya que la violencia de automovilistas hacia ciclistas también va en aumento. También aprenderemos métodos caseros para fabricar algunos artículos de defensa personal.

  1. Curso básico de defensa personal

Para finalizar se impartirá un curso básico de defensa personal con la colaboración de una instructora especializada en defensa para mujeres.

Duración: El curso se desarrollará en el transcurso de un mes. Se impartirá un bloque cada fin de semana, ya sea en sábado o domingo, dependiendo del día que le convenga a la mayoría de las participantes. Cada bloque tendrá una duración de 2 horas con opción a elegir entre dos horarios: Matutino, de 10 a 12 horas y Vespertino, de 16 a 18 horas. Para obtener mayor información escribe a ciclistasurbanos.mx@gmail.com

Impacto previsto

El taller tendrá un cupo mínimo de 10 mujeres y máximo de 20. Tomando en cuenta ambos horarios se espera llegar a 40 mujeres ciclistas que replicarán sus conocimientos y se sentirán mucho más seguras a la hora de pedalear.

dianaDiana Rivero, estudiante de medio tiempo y activista de tiempo completo. Arde por que nadie es libre hasta que todas seamos libres. Arde por dinamitar el género binario, la erradicación de la violencia patriarcal feminicida en todas sus formas y ganar la lucha contra la discriminación de mujeres lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales, cueste lo que cueste.

Imagen: Women Repairing Bicycle, 1895-01-01, MSU Historical Photographs Collection http://arc.lib.montana.edu/msu-photos/item/135

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Círculo de lectura “Por nosotras mismas”. Autodefensa que nos une. https://www.laquearde.org/2015/08/24/circulo-de-lectura-por-nosotras-mismas-autodefensa-que-nos-une/ https://www.laquearde.org/2015/08/24/circulo-de-lectura-por-nosotras-mismas-autodefensa-que-nos-une/#respond Tue, 25 Aug 2015 00:57:06 +0000 https://www.laquearde.org/?p=3806 El círculo de lectura “Por nosotras mismas” nació en 2013 en la ciudad de Oaxaca, México. Está integrado por trece mujeres que trabajamos en temas de salud, educación, derechos de las mujeres y participación comunitaria en diferentes organizaciones e instituciones. Nuestros objetivos son reconocer y visibilizar a las mujeres escritoras, reflexionar en torno a la …

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El círculo de lectura “Por nosotras mismas” nació en 2013 en la ciudad de Oaxaca, México. Está integrado por trece mujeres que trabajamos en temas de salud, educación, derechos de las mujeres y participación comunitaria en diferentes organizaciones e instituciones. Nuestros objetivos son reconocer y visibilizar a las mujeres escritoras, reflexionar en torno a la naturalización de los estereotipos y mandatos de género presentes en la literatura androcéntrica, y compartir un espacio a través de la lectura.

Nuestra apuesta está en deconstruir los mandatos de género en nuestras vidas, reconocerlos leyendo a estas  mujeres; liberarnos de los estereotipos presentes en gran parte de la literatura masculina; compartir lo que somos y lo que queremos ser a través de la palabra escrita de otras mujeres; dar nombre a nuestra vivencia colectiva en el diálogo con las otras, a los modelos de mujer que reproducimos y a las formas de subordinación internalizadas, para desprendernos de lo que no queremos en nuestras vidas.

Gracias a esta experiencia estamos descubriendo y motivando a otras mujeres a descubrir que convertirnos en lectoras de mujeres de diferentes épocas, géneros y contextos no es sólo algo placentero o un acto de superación personal y colectiva, no es una moda ni una frivolidad, sino un espacio para revalorizar y enriquecernos a través de las palabras, las ideas, las experiencias y las historias de la mitad de la humanidad, transformando y co-creando la cultura de lo femenino.

Desde esa lógica queremos compartir  las reflexiones que surgieron de una lectura que nos llevó a explorar la herida que vamos arrastrando, seguramente al igual que mucha gente: el dolor por este país herido.

A partir de Dolerse, texto de Cristina Rivera Garza, contactamos –conducidas por la autora– con el horror de la guerra, de la muerte, de las desapariciones, del Estado fallido. Creemos, como la autora, que es importante mirar de frente este horror: no para quedarnos ahí, sino para encontrar caminos para salir de él. Porque estamos seguras, también retomando sus palabras, que sentir es importante para vencer el riesgo de convertirnos en piedra.

Entendemos que la palabra es poderosa y curativa, por ello decidimos compartir nuestras propias reflexiones, soltarlas en el ciberespacio deseando que puedan servirle a alguien, para no mirar el horror en solitario, para sentirse acompañado o acompañada por éstas que ya hemos llorado y nos hemos abrazado a la esperanza.

Sabemos que lo que estamos viviendo es una guerra civil iniciada por el Estado disfrazada de “guerra contra el narco”, una disputa por el control y el poder de negocios ilícitos que tiene múltiples manifestaciones, que este terror de Estado es padecido por la ciudadanía, que ha tenido que enfrentarse a una generalización de la violencia que Rita Laura Segato llama ‘pedagogía de la crueldad’, que la hace enfrentarse sistemáticamente a asesinatos, desapariciones y torturas. Tlatlaya, Ayotzinapa, Apatzingán, son sólo algunos ejemplos emblemáticos de esta situación, que inició de manera más focalizada en Ciudad Juárez a finales de la década de los noventa. El Estado ha olvidado su responsabilidad sobre la ciudadanía y la está exterminando en favor de grupos de poder que se pelean los territorios, sus recursos y su ocupación para seguir haciendo negocios.

Esta guerra nos involucra a las mujeres porque la violencia se inscribe de manera particularmente cruel sobre nuestros cuerpos, y nos coloca como un sector vulnerado, limitando nuestras oportunidades y condiciones de vida. Seguimos siendo seres de segunda, desdeñadas frente a la violencia extrema contra nosotras, que es el feminicidio.

El texto nos confronta fuertemente a partir de dos preguntas; la primera es la que Juan Rulfo hace a través de ella: «¿en qué país vivimos, Agripina?»; la segunda, una cita de Fox: «¿Y a mí qué?» Lo que está sucediendo, el malestar social se reproduce a nivel individual e interpersonal. Esto nos lleva a mirarnos como ciudadanas, a observar nuestras carencias y a conectarnos con nuestra propia culpa y vergüenza por la inacción, porque estamos de alguna forma pasmadas como la mayoría de la población, no nos asumimos totalmente como agentes de cambio, y nos preguntamos también: ¿Cómo nos convertimos en lo que hoy somos? ¿Cómo nos movemos? ¿Qué estamos haciendo? ¿Cómo nos estamos organizando?

El horror nos hace vivir en un miedo constante y nos paraliza, nos anestesia; lo que sucede duele tanto que utilizamos herramientas para no sentir, para evadirnos, porque no sabemos cómo enfrentarlo. Hemos cerrado los ojos, miramos nuestros intereses individuales y seguimos haciendo lo mismo de siempre.

Ahora reafirmamos la necesidad de hacer algo para enfrentar el miedo y poder continuar con nuestras vidas. Reconocemos que ya no podemos más.

El sistema capitalista, con sus valores económicos sobre los valores humanos, ha privatizado todo y ha anulado el contrato social permitiendo que la violencia se naturalice, que se convierta en la forma aparentemente “normal” de relacionarnos, y eso nos lleva a “desdolernos”. Existen múltiples formas de violencia, cuya manifestación extrema es el feminicidio, que se desacredita y relega como todo lo que sucede con las mujeres. Esta necesidad de pensar y vivir sólo en la producción no deja tiempo para nuestra salud, para los procesos vitales, para estar juntas, para dolernos o alegrarnos. Nos desgarramos, y a veces nos invade la desesperanza, pero no dejamos de caminar: esto genera el riesgo de ser autómatas.

Vivimos en una lógica de «si no lo hago yo, nadie lo va a hacer por mí», y frente a la violencia la otra cara de la moneda es «mientras no me pase a mí, no pasa nada». Y vemos cómo las relaciones humanas, las interpersonales y las colectivas se erosionan y se destruyen.

Vemos con mucho dolor la polarización social; gente alegrándose de la entrada de los militares a Oaxaca, como sucedió los días previos a las elecciones federales (como sucede ahora, julio de 2015, con helicópteros y uniformados sitiando la ciudad), cuando el magisterio se pronunció por un boicot electoral y tomó gasolineras. La gente promedio enloquece si le quitan el confort. Aplaudieron la llegada de los militares a Oaxaca para arrebatar vidas si era necesario: todo por la comodidad de tener auto y gasolina. Tristemente vemos que es así como se está educando a una generación, desprendiendo a la infancia de la sensibilidad. Pero en el otro extremo, ¿cómo creer en las luchas sociales si también en éstas se reproducen las mismas relaciones de poder? Es urgente desenmascarar las estrategias que se utilizan desde el poder para generar miedo y mantenernos en el pasmo y la inmovilidad (como la división social), traducir a lxs demás lo que está pasando y romper la espiral del silencio en los espacios, que son muchos, en que somos minoría.

Hoy caminamos juntas hacia el centro del laberinto para desenmarañar el horror, para mirar sus caras. Sabemos que no podemos quedarnos al margen y damos el primer paso, que es observar, pues la mirada lleva a la reflexión y eso también es hacer algo. Eso nos ayuda a recomponernos y amplía la perspectiva. Entonces, no hemos estado completamente inactivas: de manera intuitiva hemos hecho cosas para sanarnos, para encontrarnos.

Decidimos creer en el feminismo, en las mujeres organizadas y en la historia de la reivindicación de sus derechos, en las formas de denuncia y en la insistencia de poner rostros a las mujeres víctimas de feminicidio y nombre a las formas de desigualdad y violencia. Para eso trabajar otras narrativas como la denuncia, el diálogo, la empatía, la poesía.

Creemos que construir comunidad es la única manera de sostenernos frente al horror: el espacio del círculo de lectura se descubre entonces como un espacio de resistencia en el que experimentamos una forma de tejer relaciones, donde juntas nos abrazamos y sostenemos, recuperamos nuestra energía para seguir construyendo, para seguir caminando, y entonces nos reencontramos con la esperanza y la fe.

«¿Y a mí, qué?»

– A mí todo.

– A nosotras todo.

Con sororidad,

Circulo de mujeres Por nosotras mismas, Oaxaca, Oax., julio 2015

Nosotras mismasIntegrantes: Wendy Arreola, Áurea Ceja, Noemí Domínguez, Laura Escobar, Adriana Filio, Anel Flores, Viridiana García, Bibiana López, Marycarmen Ortega, Alba Reyes, Leticia Rojas, Guadalupe Santaella, Irais Trujillo y Edna Velasco. Ardemos por demoler los estereotipos de género y construir un “ser mujer” distinto.

 

Facebook: Círculo de lectura “Las mujeres por nosotras mismas”

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