Mujeres desobedeciendo: otro mundo ya es posible – La que Arde https://www.laquearde.org Revista digital Tue, 31 Oct 2017 03:21:47 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=4.9 “¡Lxs buscamos porque lxs amamos!” Madres marchan en México por sus hijxs desaparecidxs. Por Karen Navarrete y Elisa Martínez https://www.laquearde.org/2017/05/11/desapariciones/ https://www.laquearde.org/2017/05/11/desapariciones/#respond Thu, 11 May 2017 15:58:00 +0000 https://www.laquearde.org/?p=9117 Sin #NadaQueCelebrar ayer 10 de mayo, “día de las madres”, se llevó a cabo en la Ciudad de México, la VI Marcha de la Dignidad Nacional: Madres buscando a sus Hijos, Hijas, Verdad y Justicia por la miles de desapariciones en el país. Un año más cientos de mujeres, acompañadas por familiares, amistades y varios …

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Sin #NadaQueCelebrar ayer 10 de mayo, “día de las madres”, se llevó a cabo en la Ciudad de México, la VI Marcha de la Dignidad Nacional: Madres buscando a sus Hijos, Hijas, Verdad y Justicia por la miles de desapariciones en el país.

Un año más cientos de mujeres, acompañadas por familiares, amistades y varios grupos de apoyo se reunieron en el Monumento a la Madre cerca de las 9:00 hrs. para manifestarse en contra de la inseguridad en el país, de la impunidad del gobierno, para exigir justicia y verdad, pero sobre todo para demandar a las autoridades el seguimiento y la investigación de sus casos, además de “una Ley General en Materia de Desaparición de Personas que esté a la altura de las necesidades de las familias y que sea aprobada lo antes posible.”

“Hemos superado la búsqueda del Estado que sigue sin tomar su responsabilidad de investigaciones, peritos, rastreadores de fosas, expertos forenses e incluso en abogados” […] “Las miles de personas desaparecidas, y las miles encontradas en fosas clandestinas en México requieren urgentemente de la atención del Estado.

“Hemos visto con dolor y frustración que no sólo el sistema de justicia no estaba preparado para las desapariciones, sino que además sigue estando en contra de darle la verdadera dimensión de lo que es esta tragedia, expresó Araceli, representante del Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México, madre de Fernanda Rubí Salcedo Jiménez.

Foto: La que Arde, Karen Navarrete/Elisa Martínez

Con letreros y pancartas en mano, demostrando que sus hijas e hijos no son sólo un número, los contingentes que conformaron la marcha comenzaron a avanzar hacia el Ángel de la Independencia a la voz de: ¡Viv@s se los llevaron, viv@s los queremos!, ¡Hij@, escucha, tu madre está en la lucha!

“Es una vergüenza que a más de 31 meses de la desaparición forzada de nuestros hijos no tengamos ni una respuesta. Los únicos responsables [los del] Estado. […] Para que ellos nos digan dónde están tenemos que estar gritando en las calles, manifestándonos, porque así nada más ellos no nos hacen caso“- Cristina, madre de Benjamín Ascencio Bautista (uno de los 43 normalistas desaparecidos de la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa).

En México, hasta marzo del 2017, se habían registrado 30,942 desapariciones, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas, de las cuales 23,032 son hombres y 7,910 mujeres. En diciembre del 2015 fueron 26,128, lo cual representa un significativo aumento de 4 mil 814 casos en tan sólo dos años. Sin embargo, se desconocen las cifras exactas y los detalles de las desapariciones.

Detrás de estas cifras hay miles de nombres e historias interrumpidas que se convirtieron en una lucha constante para las madres, quienes en su mayoría han llevado las investigaciones de sus casos particulares por cuenta propia tras la falta de apoyo por parte de las autoridades.

La violencia institucional por omisión queda al descubierto en los testimonios de las manifestantes, la cual según la Ley General de Acceso a una Vida Libre de Violencia (LGAVLV) es otro tipo de violencia que vivimos las mujeres en México.

“Mi hija desapareció un 11 de marzo del 2015. Discutió con su pareja, tuvo un altercado por su hijo y al día siguiente quedamos de solucionarlo, ver si se venía a vivir conmigo, pero ya no supe de ella. Y de ahí ya son dos años, dos meses que la estamos buscando sin descansar” […] “Daniela era muy tranquila, muy responsable, su prioridad para ella era su hijo, siempre su hijo. Como cualquier chica de 20 años, una chica común, normal, tranquila”, recuerda Laura, madre de Daniela Mabel Sánchez Uriel.

Elizabeth, hermana de Oswaldo Espejel Guevara e hija de Cornelia Guevara explica que: “Las investigaciones nosotros como familia las hemos hecho, se las entregamos a las autoridades y ellos gran cosa no le han hecho” […] “Hemos presionado al gobierno a que nos ayude al menos con el apoyo de ir a SEMEFOS, hospitales. Cuando encuentran fosas, a que nos ayuden al traslado para ir a checar los cuerpos.”

Debido a que las autoridades no cumplen con su trabajo y retrasan con ello los procesos, las madres se han visto obligadas a tomar el seguimiento de las investigaciones, exponiéndose con ello a más violencia. Cornelia Guevara recibió cartas de amenaza en su hogar, las cuales le advertían que ya no se molestara por buscar a su hijo porque él ya estaba muerto.

Foto: La que Arde, Karen Navarrete/Elisa Martínez

“Mi mamá denunció las amenazas y después de 15 días se las quitaron, […] pensaron que mi mamá estaba exagerando, explica Elizabeth con dolor. Días después encontraron a Cornelia Guevara asesinada.

¿Qué es para una madre tener a su hija o a su hijo desaparecido, sin saber si sigue con vida? Estas miles de madres no se pasean por las plazas buscando regalitos, no celebran con sus hijas e hijos. Ellas lloran y se desgarran por la ausencia de su ser querido, pero no tienen de otra que seguir de pie, fuertes, luchando para que se haga justicia.

“Mi hija es lo más bonito que me pasó […] siempre me gritaba “Mamá, te quiero mucho” […] no voy a descansar, siempre la voy a buscar -Esperanza, madre de Evelyn Fabiola Alcántara de 9 años.

“Porque la lucha por una hija no termina y una madre nunca olvida. ¡Aquí estamos las madres buscando a nuestros hijos! Y donde quiera que estés… Te amo Rubí. ¡Y ningún día dejaré de buscarte!” -Araceli, Madre de Rubí Salcedo.

“Hoy ya son tres años que no recibo de mi hijo un abrazo del día de las madres” -Cristina, madre de Benjamín Ascencio Bautista (uno de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa).

Ellas piden apoyo, solidaridad, que no las olviden, ni a ellas ni a sus desaparecid@s, que luchemos con ellas y no esperemos a que nos suceda:

“No sean indiferentes a una situación como la mía o como la de miles de personas que estamos aquí –explica Laura, madre de Daniela Mabel Sánchez Uriel. -Que en México hay despariciones o feminicidios y que abran los ojos y nos ayuden a encontrar los nuestros.”

“Este día no hay nada que festejar, sino exigiendo al gobierno que nos debe de regresar a nuestros hijos, que es el único responsable”Cristina, madre de Benjamín Ascencio Bautista, normalista de Ayotzinapa.

Porque ser mujer no implica ser madre, pero ser madre siempre implica ser mujer, nosotras, hermanas, las abrazamos y les decimos: ¡No están solas!

Galería de fotos y portada: La que Arde, Karen Navarrete/Elisa Martínez

 

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Así fue la marcha de protesta por el feminicidio de Lesvy en la UNAM: ¡orgullosamente feminista! https://www.laquearde.org/2017/05/07/asi-fue-la-primera-marcha-contra-la-violencia-de-genero-en-la-unam/ https://www.laquearde.org/2017/05/07/asi-fue-la-primera-marcha-contra-la-violencia-de-genero-en-la-unam/#respond Mon, 08 May 2017 03:58:16 +0000 https://www.laquearde.org/?p=9074 Redacción El 5 de mayo del 2017 se llevó a cabo la marcha de protesta por el feminicidio de Lesvy Berlín Osorio en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), una de las más renombradas en América Latina. ¿La exigencia? Ciertamente no “más seguridad”, como aseguran a la sociedad mexicana las autoridades de la UNAM, en estrecha …

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Redacción

El 5 de mayo del 2017 se llevó a cabo la marcha de protesta por el feminicidio de Lesvy Berlín Osorio en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), una de las más renombradas en América Latina.

¿La exigencia? Ciertamente no “más seguridad”, como aseguran a la sociedad mexicana las autoridades de la UNAM, en estrecha colaboración con los medios de comunicación hegemónicos. Las más de mil mujeres que hicimos temblar a Ciudad Universitaria (CU) el 5 de mayo marchamos para exigir el esclarecimiento del feminicidio de Lesvy Rivera Osorio, ahorcada con un cable de teléfono la madrugada del 3 de mayo en los jardines del Instituto de Ingeniería. Marchamos para exigir que se erradique la violencia feminicida que le arrebató la vida a Lesvy, misma que lleva décadas imperando en las aulas, los baños, los pasillos, los museos y las facultades de la UNAM.

Marchamos porque pocas horas después de su asesinato, la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, en colaboración con medios de comunicación como Excélsior, Milenio, El Universal, SinEmbargo y la revista Proceso, entre muchos otros, difundió información -proporcionada por la pareja sentimental de Lesvy, última persona que la vio con vida- que no tenía relevancia alguna con el feminicidio, pero que, en cambio, parecía tener el objetivo de responsabilizar a la víctima de su propio asesinato.

Junto a esta información, mayoritariamente falsa -según confirmó posteriormente la madre de Lesvy-, diversos medios de comunicación difundieron, a unas horas del feminicidio, la teoría -también propuesta por la pareja sentimental de Lesvy- de que su asesinato podría haber sido un suicidio, e insistieron hasta el cansancio en destacar que no era estudiante de la UNAM, situación que la periodista Dana Estrada también desmintió hace poco.

Marchamos, también, para alertar sobre el desprecio con que el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, abordó el asesinato de Lesvy, pues se limitó a “repudiar” “cualquier tipo de ilícito” en las instalaciones universitarias, como si del robo de una bicicleta se tratase, pasando por alto que se trataba del asesinato con lujo de violencia de una joven mujer en un país feminicida, contribuyendo así a minimizar y normalizar la violencia que se ejerce contra las mujeres todos los días, a todas horas, en la universidad a su cargo.

Marchamos porque para una mujer, como es del dominio público, atreverse a transitar por facultades como Ingeniería significa tener que sufrir lo que sufriría una persona negra al transitar por una reunión del Klu Klux Klan o una persona judía al entrar en un congreso de neonazis.

Marchamos para exigir que las autoridades, sean de la PGJ o de la UNAM, dejen de revictimizarnos a nosotras y proteger a los agresores, como lo hacen a través del Protocolo para la Atención de Casos de Violencia de Género en la UNAM.

Así, un grupo de mujeres universitarias y colectivas feministas, y no “la comunidad universitaria”, ni “hombres y mujeres estudiantes”, como han des-informado a la sociedad algunos medios, lanzó en redes la convocatoria para invitar a la sociedad mexicana a participar en la primera marcha de protesta al interior de Ciudad Universitaria. A la invitación respondieron decenas de colectivas y organizaciones feministas, así como feministas independientes y ciudadanxs en general.

 

Graue-5

Y ese día una riada de miles de mujeres atravesó la UNAM, cimbrándolo todo a su paso.

Al llegar a la caseta telefónica donde Lesvy fue asesinada, entre todas montamos una ofrenda con flores y velas, honramos la vida y memoria de Lesvy, leímos poemas y cantamos consignas de sororidad. En medio del ritual, sin embargo, en el afán por sacar su nota, varios periodistas hombres empujaron a compañeras y se abalanzaron sobre las que rodeaban el altar, sin atender a la petición colectiva de que se alejaran, por respeto a la naturaleza del ritual que estaba celebrándose. Molestas por la falta de respeto de estos sujetos, formamos una valla lo mejor que pudimos para poder continuar lo que hacíamos y, en medio de tales esfuerzos, una compañera les salpicó a unos periodistas un poco de agua de su cantimplora en un intento por que retrocedieran.

Aunque la actitud agresiva de los periodistas se repitió cuando la madre y familiares de Lesvy arribaron al punto de encuentro frente a Rectoría, irónicamente esos mismos periodistas, aprovechando los medios masivos de difusión en los que trabajan, intentaron después centrar el debate público no en la marcha, sino en lo que calificaron de “una agresión” con agua por parte de las mujeres participantes. Eso sí, sin hacer mención alguna de lo indignante de su propio comportamiento frente a una protesta social por un feminicidio.

A pesar de todo, la madre de Lesvy consiguió transmitirnos su mensaje:

Después de eso la marcha se dispersó, y se formó un pequeño, pero muy valiente, contingente que bloqueó durante unos minutos la avenida insurgentes para denunciar la actitud cómplice de las autoridades y del Rector Graue frente al feminicidio de Lesvy:

Así, el 5 de mayo del 2017, durante varias horas más de mil mujeres gritamos nuestra digna rabia al unísono en los pasillos de la UNAM, unidas por una misma causa: dejarle claro a Enrique Graue Wiechers y a los agresores sexuales que han cooptado “la máxima casa de estudios” que las mujeres no somos objetos desechables, que vamos a defendernos, que cuando tocan a una respondemos todas, que su imperio de la violencia y la impunidad ya no es sostenible, como lo ha sido durante años; que una mujer, una sola mujer, es capaz de desatar la revolución que destruirá su imperio del horror, cuando miles respondamos a su llamado.

No te olvidaremos, Lesvy, no pararemos de gritar tu nombre y de exigir justicia y respeto por el dolor de tu familia a las autoridades de la PGJ, de la UNAM y a los medios de comunicación mexicanos.

No nos resignaremos a tu ausencia, hermana. Hasta que tu asesino reciba un castigo del tamaño del dolor que ha provocado. No nos detendremos, Lesvy, “hasta que la dignidad se haga costumbre”. “Hasta que la justicia se siente entre nosotras”.

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Llamado al Paro Internacional de Mujeres. ¡Este 8 de marzo la tierra tiembla! https://www.laquearde.org/2017/02/16/paro-internacional-mujeres-8-marzo/ https://www.laquearde.org/2017/02/16/paro-internacional-mujeres-8-marzo/#respond Thu, 16 Feb 2017 23:02:16 +0000 https://www.laquearde.org/?p=8684 Fuente: Llamamiento al Paro Internacional de Mujeres – 8 de marzo 2017 Este 8 de marzo la tierra tiembla. Las mujeres del mundo nos unimos y organizamos una medida de fuerza y un grito común: Paro Internacional de Mujeres. Nosotras Paramos. Hacemos huelga, nos organizamos y nos encontramos entre nosotras. Ponemos en práctica el mundo …

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Fuente: Llamamiento al Paro Internacional de Mujeres – 8 de marzo 2017

Este 8 de marzo la tierra tiembla. Las mujeres del mundo nos unimos y organizamos una medida de fuerza y un grito común: Paro Internacional de Mujeres. Nosotras Paramos. Hacemos huelga, nos organizamos y nos encontramos entre nosotras. Ponemos en práctica el mundo en el que queremos vivir.

#NosotrasParamos

Paramos para denunciar:

  • Que el capital explota nuestras economías informales, precarias e intermitentes.
  • Que los Estados nacionales y el mercado nos explotan cuando nos endeudan.
  • Que los Estados criminalizan nuestros movimientos migratorios.
  • Que cobramos menos que los varones y que la brecha salarial llega, en promedio, al 27%.
  • Que no se reconoce que las tareas domésticas y de cuidado son trabajo que no se remunera y suma, al menos, tres horas más a nuestras jornadas laborales.
  • Que estas violencias económicas aumentan nuestra vulnerabilidad frente a la violencia machista, cuyo extremo más aberrante son los feminicidios.
  • Paramos para reclamar el derecho al aborto libre y para que no se obligue a ninguna niña a la maternidad.
  • Paramos para hacer visible que mientras las tareas de cuidado no sean una responsabilidad de toda la sociedad nos vemos obligadas a reproducir la explotación clasista y colonial entre mujeres. Para salir a trabajar dependemos de otras mujeres. Para migrar dependemos de otras mujeres.
  • Paramos para valorizar el trabajo invisibilizado que hacemos, que construye red, apoyo y estrategias vitales en contextos difíciles y de crisis.

#NoEstamosTodas

  • Paramos porque nos faltan las víctimas de feminicidio, voces que se apagan violentamente al ritmo escalofriante de entre 7 y 12 mujeres sólo en México.
  • Nos faltan las lesbianas asesinadas por crímenes de odio.
  • Nos faltan las presas políticas, las perseguidas, las asesinadas en nuestro territorio latinoamericano por defender la tierra y sus recursos.
  • Nos faltan las mujeres encarceladas por delitos menores que criminalizan formas de supervivencia, mientras los crímenes de las corporaciones y el narcotráfico quedan impunes porque benefician al capital.
  • Nos faltan las muertas y las presas por abortos inseguros.
  • Nos faltan las desaparecidas.
  • Frente a los hogares que se convierten en infiernos, nos organizamos para defendernos y cuidarnos entre nosotras.
  • Frente al crimen machista y su pedagogía de la crueldad, frente al intento de los medios de comunicación de victimizarnos y aterrorizarnos, hacemos del duelo individual consuelo colectivo, y de la rabia lucha compartida. Frente a la crueldad, más feminismo.

#NosotrasNosOrganizamos

  • Nos apropiamos de la herramienta del paro porque nuestras demandas son urgentes. Hacemos del paro de mujeres una medida amplia y actualizada, capaz de cobijar a las ocupadas y desocupadas, a las asalariadas y a las que cobran subsidios, a las cuentapropistas y a las estudiantes, porque todas somos trabajadoras. Nosotras paramos.
  • Nos organizamos contra el confinamiento doméstico, contra la maternidad obligatoria y contra la competencia entre mujeres, todas formas impulsadas por el mercado y el modelo de familia patriarcal.
  • Nos organizamos en todas partes: en las casas, en las calles, en los trabajos, en las escuelas, en las ferias, en los barrios. La fuerza de nuestro movimiento está en los lazos que creamos entre nosotras.
  • Nos organizamos para cambiarlo todo.

#LaInternacionalFeminista

  • Tejemos un nuevo internacionalismo. Desde las situaciones concretas en las que estamos interpretamos la coyuntura.
  • Vemos que frente al giro neo-conservador, en la región y el mundo, el movimiento de mujeres emerge como potencia de alternativa.
  • Que la nueva “caza de brujas” que ahora persigue lo que nombra como “ideología de género” intenta justamente combatir y neutralizar nuestra fuerza y quebrar nuestra voluntad.
  • Frente a los despojos múltiples, las expropiaciones, y las guerras contemporáneas que tienen a la tierra y al cuerpo de las mujeres como territorios predilectos de conquista, nosotras nos acuerpamos política y espiritualmente.

#NosMueveElDeseo

  • Porque #VivasYLibresNosQueremos nos arriesgamos en alianzas insólitas.
  • Porque nos apropiamos del tiempo y construimos disponibilidad para nosotras, hacemos del estar juntas alivio y conversación entre aliadas, de las asambleas manifestaciones, de las manifestaciones una fiesta, de la fiesta un futuro común.
  • Porque #EstamosParaNosotras, este 8 de marzo es el primer día de nuestra nueva vida.
  • Porque #NosMueveElDeseo, 2017 es el tiempo de nuestra revolución.

#NiUnaMenos

#VivasNosQueremos

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Convoca Escuela para la Libertad de las Mujeres: 4ta y 5ta generaciones https://www.laquearde.org/2017/02/16/escuela-libertad-mujeres-4ta-5ta/ https://www.laquearde.org/2017/02/16/escuela-libertad-mujeres-4ta-5ta/#respond Thu, 16 Feb 2017 19:51:32 +0000 https://www.laquearde.org/?p=8669 La Escuela para la Libertad de las Mujeres en la ciudad de Oaxaca, México, abre su convocatoria para la Cuarta y Quinta generaciones, que se llevarán a cabo del 7 de abril al 01 de julio, y del 21 de julio al 14 de octubre, respectivamente. Se trata de un proyecto feminista que combina formación …

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La Escuela para la Libertad de las Mujeres en la ciudad de Oaxaca, México, abre su convocatoria para la Cuarta y Quinta generaciones, que se llevarán a cabo del 7 de abril al 01 de julio, y del 21 de julio al 14 de octubre, respectivamente. Se trata de un proyecto feminista que combina formación feminista teórica/técnico-manual, junto con expresiones creativas y autodefensa feminista.

  • 4a Generación: El período para agendar entrevistas es del 27 de febrero al 18 de marzo.
  • 5a Generación: El período para agendar entrevistas es del 21 de julio al 14 de octubre.
  • El periodo lectivo de la 4ta generación es del 7 de abril al 1 de julio de 2017.

Los contenidos de la Escuela para la Libertad de las Mujeres abarcan:

Formación feminista: revisión de propuestas teóricas que cuestionan al machismo y que ofrecen propuestas para mejorar las condiciones de vida de las mujeres. Sensibilización en torno a los derechos de las mujeres y las diversas orientaciones sexuales, y búsqueda de herramientas para la erradicación de la violencia de género.

Autoconciencia: análisis colectivo de la vida cotidiana que ayuda a desmontar las cargas emocionales que la cultura patriarcal ha impuesto a las mujeres.

Autodefensa: técnicas físicas, psicológicas y de actitud útiles para prevenir y defendernos de los patrones de agresiones más frecuentes contra las mujeres como acoso sexual, violación, violencia doméstica, acoso callejero, etc.

Reparaciones básicas del hogar: aprenderemos a localizar, entender y reparar averías básicas pero cotidianas propias del hogar relacionado con la electricidad, plomería y el gas.

Arte de la desobediencia: propuestas creativas y lúdicas que buscan desenmascarar y desmontar la carga cultural patriarcal, sexista, violenta y discriminatoria instaurada en las canciones, en el idioma y el vocabulario con el que nos expresamos cotidianamente.

Contacto para recibir postulaciones:

Correo electrónico: escuela.libertad.mujeres@gmail.com
Fb: Escuela para la libertad de Las Mujeres
Celular (Oaxaca, México): 951 292 3567

Correo electrónico: escuela.libertad.mujeres@gmail.com

Facebook: Escuela para la Libertad de las Mujeres

 

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Xolobal Ant’z: teatro de mujeres indígenas de Chiapas. Por Aluminé Cabrera https://www.laquearde.org/2016/12/29/xolobal-antz-teatro-mujeres-indigenas-chiapas/ https://www.laquearde.org/2016/12/29/xolobal-antz-teatro-mujeres-indigenas-chiapas/#respond Thu, 29 Dec 2016 15:57:13 +0000 https://www.laquearde.org/?p=8462 “Mujer, si te han crecido las ideas de ti van a decir cosas muy feas” Gloria Martín Que para exorcizar los malos recuerdos hay que contarlos como un cuento, recomendaba Isabel Allende. Aquí hay algo de eso, pero se trata, en cambio, de una obra de teatro. Un proceso creativo, una mutación a través del …

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“Mujer, si te han crecido las ideas
de ti van a decir cosas muy feas”

Gloria Martín

Que para exorcizar los malos recuerdos hay que contarlos como un cuento, recomendaba Isabel Allende. Aquí hay algo de eso, pero se trata, en cambio, de una obra de teatro. Un proceso creativo, una mutación a través del teatro como un chamán que puede devolver lo mejor de nosotras. De ellas, mejor dicho, de las mujeres que actúan, de la directora de la obra, de la cantante que cierra con esa canción maravillosa que popularizó Amparo Ochoa y que lleva por nombre ése que nos nombra a nosotras: “Mujer”.

Esta obra, “Todavía”, la tercera del grupo Xolobal A’ntz, es una puesta en escena que muestra la vulnerabilidad que implica ser mujer, indígena y pobre, que recorre con un humor, que conmueve los miedos y las soledades, el maltrato padecido durante tantos años, la discriminación y la injusticia como destino ineludible. Diálogos, vestuarios, ¡hasta máscaras! que denuncian la opresión que empezó hace más de 500 años. La conquista y la colonización cambian de rostro y de mañas pero siguen su itinerario de despojo, potenciadas, además, por el patriarcado que devora los cuerpos y la dignidad de nosotras, las mujeres.

De cómo el teatro empoderó a las madres solas

Al hogar comunitario Yach’il Antzetic -que en lengua tzotzil significa “mujeres nuevas”- de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, llegan mujeres solas embarazadas que no cuentan con ningún apoyo. Allí reciben atención prenatal y durante el parto, asistencia psicológica, afectiva y económica.

Fue allí que Gabriela Ottogalli, actriz y directora teatral, venida desde el sur austral pero mexicanizada hace casi dos décadas, comenzó a dar un taller de teatro en el que reunió a varias de las mujeres y las puso a crear desde el lugar más sincero posible: sus propias vidas.

“La primera obra la hicimos en 2010 dentro del hogar y se llamó ‘Una historia de vida’. Ahí participaron 14 mujeres en el proceso y las presentaciones”, relata Ottogalli. Luego el grupo voló fuera del hogar para conformarse como el grupo independiente Xolobal A’ntz, que en lengua tzotzil quiere decir “reflejo de mujer”. Entonces estrenaron su segunda puesta: “La historia de Celia”, a la que le siguió “Todavía”, la obra que presentaron en varios espacios chiapanecos durante 2016. La directora cuenta también que en medio de esas dos obras hubo un proceso de una puesta a partir de relatos que no aún no han podido estrenar. “Siempre partimos de la creación colectiva, de las inquietudes del grupo. A veces de las propias historias o de historias que nos reflejan”, añade.

En “Todavía” actúan Antonia Gómez Girón, Martha Gómez Díaz, Elvira López Gómez y Dalia Pérez. Antonia, Martha y Elvira pasaron por el hogar, y allí se sumaron al proceso teatral. Dalia se unió después y halló a través de la obra y el recorrido con sus compañeras el poder para reivindicar su ascendencia. “¿Qué significa ser indígena?”, se preguntó a ella y al público luego de una de las funciones de noviembre en San Cristóbal de las Casas.

Y respondió: “ser indígena significa ser digna”.

 

 

Humor, simbolismo y Rosario Castellanos

“Toda la memoria amarga
que el indio adormece en la embriaguez y en la oración”

Rosario Castellanos. Oficio de tinieblas.

“Todavía” retoma anécdotas, historias de vida, jirones de recuerdos de las protagonistas que se alternan como escenas cortas con diálogo o simplemente a modo de imagen escénica. Sólo dos momentos no son construidos con base en estas vivencias. Se trata de dos pasajes de la novela “Oficio de tinieblas” de la escritora chiapaneca Rosario Castellanos.

La puesta aborda con un humor que llega a incomodar escenas que para muchas mujeres indígenas han formado parte de su recorrido vital en la ciudad, a la que, como ellas mismas cuentan sobre el escenario, llegaron para estudiar y trabajar desde pequeñas, cuando ya no podían permanecer en sus comunidades.

Vemos entonces a la caxlana mofándose: “ay, pero mírenla a la india, ¡si hasta habla por celular!”; o a la empleada del hospital que reniega de la “india” que, con su bebé a cuestas, pide por el doctor; o a la turista que de manera frenética le toma fotos a la mujer indígena que ofrece sus productos en el mercado.

Otros momentos de la obra aparecen cargados de simbolismo. Dalia y Elvira portan antifaces blancos y a través gestos sutiles, de esa mirada escondida, logran recrear en abstracto escenas de sometimiento, de despojo, el sufrimiento cotidiano de quien es discriminada en la calle, en la casa, en la cama.

El por qué del título de la obra surge hacia el final cuando las actrices, ya fuera de sus personajes, manifiestan lo obvio, lo pendiente: “Quedan muchos señores y señoras abusivas que todavía nos humillan por ser mujeres, por ser indígenas. No es paz así. Pero nuestro corazón no es el mismo, ni nuestro pensamiento. El corazón y el pensamiento de muchas mujeres indígenas ya no es el silencio”.

La voz dulce de Maruca Hernández Ramos cierra el espectáculo, con ritmo de guitarra y entonación encendida que canta: “Mujer, si te han crecido las ideas, de ti van a decir cosas muy feas”, de la canción escrita por la venezolana Gloria Martín y popularizada aquí por Amparo Ochoa.

El público pide más

“Todavía” hizo sus últimas presentaciones durante noviembre en San Cristóbal. Luego de cada función se abrió un espacio de ida y vuelta con el público. Allí las y los presentes manifestaron su profunda admiración y eterno agradecimiento a las actrices, instaron a la compañía a que las funciones continúen y escucharon las palabras de las protagonistas.

“Yo le agradezco a todos esos problemas que tuve porque ahora soy fuerte, ahora siento que tengo esas fuerzas de salir adelante, siento que me he transformado. Más con el teatro”, reflexionó Martha al calor del aplauso ardiente de la audiencia. Antonia, Dalia, Elvira hicieron lo propio: agradecer al público, al teatro por cambiar sus vidas. Y luego de sus palabras, de las de Gabriela, la directora, de la ovación a la melodía de Maruca, llegaron las voces postergadas de esta historia: las de las hijas e hijos de las actrices, esas niñas y niños que vienen acompañando el proceso desde sus inicios. Después de todo, fue a causa de su llegada al mundo que las mujeres llegaron al hogar y encontraron el teatro como motor de cambio.

“Estoy muy orgulloso de que mi mamá haga esto, de la valentía que tuvo para cuidarme. Y hay un dato: indias, sólo son las que están en India, ustedes son indígenas, no son indias”, expresó Eric, de 12 años, hijo mayor de Elvira, que conmovió al público hasta la carcajada con su saber compartido. Para Gabriela, la directora, fue muy importante que las pequeñas y pequeños tomaran la palabra, porque siempre estuvieron presentes en el proceso.

Este ida y vuelta con el público fue también un aliciente importante para la compañía, que pretendía cerrar con estas funciones el ciclo de la obra. “Se nos despertaron las ganas otra vez”, confiesan. Y, por otra parte, se preparan para empezar otro proceso creativo a partir de febrero.

“El teatro es algo que queremos y necesitamos en nuestras vidas hoy día. Como grupo seguimos eligiendo hacerlo porque nos acompaña en nuestro cotidiano”, concluye Ottogalli.

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“Ovarian Psycos”: un documental sobre el libre tránsito para tod*s. Por Marisa Ruiz Trejo https://www.laquearde.org/2016/08/18/ovarian-psycos-documental-marisa-ruiz-trejo/ https://www.laquearde.org/2016/08/18/ovarian-psycos-documental-marisa-ruiz-trejo/#respond Thu, 18 Aug 2016 21:56:19 +0000 https://www.laquearde.org/?p=7578 Si de cine y feminismo se trata, “Ovarian Psycos” (2016) es un documental recomendado. Dirigido por Joanna Sokolowski y Kate Trumbull-Lavalle, fue seleccionado para la Muestra Internacional de Cine con perspectiva de género en México. Esta producción cinematográfica se centra en las trayectorias de varias mujeres, hijas de migrantes salvadoreñas y mexicanas, que viven en el eastside …

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Si de cine y feminismo se trata, “Ovarian Psycos” (2016) es un documental recomendado. Dirigido por Joanna Sokolowski y Kate Trumbull-Lavalle, fue seleccionado para la Muestra Internacional de Cine con perspectiva de género en México.

Esta producción cinematográfica se centra en las trayectorias de varias mujeres, hijas de migrantes salvadoreñas y mexicanas, que viven en el eastside de Los Ángeles, una zona popular de esa ciudad. Las primeras imágenes de esta película nos dicen mucho. Rostros cubiertos con pañuelos negros decorados con imágenes de las trompas de Falopio. Las “Ovas”, como ellas mismas se nombran, montan en sus bicicletas y se desplazan por las calles de L.A. subvirtiendo las lógicas patriarcales del espacio, el tránsito y las calles, dominados mayoritariamente por los varones.

Las historias de las “Ovas”

Xela de la X, de origen mexicano, se ve motivada a crear una colectiva en la que las mujeres, las lesbianas[1] y otras personas no conformes con la rigurosidad del género, se organicen para andar en bicicleta por la ciudad. Xela, madre de Yoli, poeta y hip-hopera chicana, tiene canciones en las que constantemente se pregunta: “¿dónde está el espacio para nosotr*s?” Además, su música es una forma de resistencia ante la violencia feminicida: “otra hermana morena encontrada, otro cuerpo lleno de sangre, a otra madre se le rompe el corazón lleno de preguntas en la cabeza, otro hermano encarcelado, otra historia familiar terminada”.

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Las “Ovas”. Imagen del documental “Ovarian Psycos”.

Por su parte, María Isabel Torres, madre de Evelyn (Evie), otra de las “Ovas” de 21 años, vivió la guerra en El Salvador, que dejó miles de muertes en los años ochenta. Al migrar a Estados Unidos, María Isabel y sus hijas experimentaron otras formas de violencia en su barrio con el hostigamiento policial y los frecuentes asesinatos. María Isabel mantenía a sus hijas con los escasos recursos que le dejaba su trabajo de limpieza. En la narrativa documental, Joss the Boss vive la tensión entre tener que trabajar para aportar recursos económicos a su familia y participar activamente en la colectiva de “Ovarian Psycos”. Su madre considera que “las bikas” (bicicletas) son para hombres”. Sin embargo, Joss the Boss sale a tomar las calles con su bicicleta a pesar de las miradas lacerantes de la gente por ser mujer, migrante y gorda.

Andi Xoch, otra de las participantes de “Ovarian”, creció con su mamá Mari Olvera, quien fue testigo de abusos a niñas cuando era pequeña, por lo que no dejaba salir solas a sus hijas y estaba temerosa. Andi Xoch vence los miedos y se organiza con sus compañeras para recorrer las calles de la ciudad de noche, porque también las calles y las noches le pertenecen.

Mujeres, poder y fuerza

Aunque este documental trata de hechos que suceden en los Estados Unidos, pone en el centro del debate un elemento que es fundamental para historia política y nacional de México, que es la relación que existe entre las mujeres, el poder y la fuerza. Hay una cosa que tiene que ver con dominar el poder como quien lo ejerce para oprimir a otras personas; otra cosa muy diferente es que ese poder venga hacia nosotras mismas, a nuestra energía y nos impulse y nos dé fuerza para hacer cosas que jamás habíamos pensado; tal como lo hacen las “Ovas” cuando se organizan colectivamente, “asamblean” y toman las calles con sus bicicletas. Estas ideas sobre el poder son retomadas de Bell Hooks, una feminista negra que además tiene el poder – que pocas feministas tenemos – de hacer fascinante el feminismo para otras personas.

En ese sentido, tenemos que agradecer a las directoras el maravilloso ejercicio de hacer seductor al feminismo a través de este documental, de estas historias, de estas trayectorias de vida cruzadas por la migración, el sexismo y el racismo. Además, esta producción audiovisual llena un vacío, tomando en consideración que el cine y los medios de comunicación dominantes tienden a ignorar el conocimiento y los saberes de las hijas de mujeres migrantes, salvadoreñas, chicanas, lesbianas, pobres y trans. Estas trayectorias tienden a ser representadas en el lugar de la victimización, sin dar cuenta de estrategias tan importantes como las que las “Ovas” nos comparten.

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Las “Ovas” en acción. Imagen del documental “Ovarian Psycos”.

Estrategias para salir adelante

La “mutualidad entre mujeres”, el “sistema de apoyo compartido”[2], la “interdependencia entre lesbianas y mujeres que se identifican con otras mujeres”, son poderes a los que Audre Lorde, feminista negra lesbiana, apuntaba para desarmar “las herramientas del amo”. Son poderes que las “Ovas” invocan a lo largo del documental como estrategias para salir adelante.

Ante la violencia generalizada y la atrocidad de los feminicidios que vivimos cotidianamente en muchas partes del mundo, es importante gozar de libre tránsito, apropiarnos del territorio a través de las bicicletas, y levantar las voces a través de los micrófonos, como lo hicieron en el documental Xela de la X, Andi Xoch y Joss the Boss. Pero sobre todo, buscar la “interdependencia” entre mujeres que, como decía Lorde, “es el único camino hacia la libertad”.

[1] Para Monique Wittig, la “lesbiana” escapa al régimen heterosexual. En ese sentido, argumenta “las lesbianas no somos mujeres”.

[2] Tanto “mutualidad” como “sistema de apoyo compartido” se refieren aquí a cierto apoyo (emocional, material, espiritual, etc.) que las mujeres proveen unas a otras. Lorde lo utiliza como una alternativa a las relaciones íntimas dominantes basadas en estructuras de poder patriarcal.

Imágenes: Trailer “Ovarian Psycos”.

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Sara Torres: “El feminismo es mi tanque de oxígeno”. Por David Ledesma Feregrino https://www.laquearde.org/2016/08/18/sara-torres-derecho-comun-al-placer/ https://www.laquearde.org/2016/08/18/sara-torres-derecho-comun-al-placer/#respond Thu, 18 Aug 2016 19:23:35 +0000 https://www.laquearde.org/?p=7622 Camina por el mundo con ojos de pregunta; se sabe capaz de descifrar algún misterio, pero no quiere fiarse demasiado de sus habilidades. Sus antecesoras le han demostrado que éstas siempre estarán sesgadas por el entrenamiento colectivo y por su propia subjetividad. Sara Torres es una joven poeta española de apenas un cuarto de siglo. …

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Camina por el mundo con ojos de pregunta; se sabe capaz de descifrar algún misterio, pero no quiere fiarse demasiado de sus habilidades. Sus antecesoras le han demostrado que éstas siempre estarán sesgadas por el entrenamiento colectivo y por su propia subjetividad. Sara Torres es una joven poeta española de apenas un cuarto de siglo. Si creyéramos en la reencarnación, sería el momento de ocupar nuestro marco ideológico y de decir que Sara es un alma vieja que ha aprendido tanto porque ésta no ha sido su única vida. Su escritura, a veces cautelosa, a veces desbordada, camina hacia el horizonte utópico del que hablaba Eduardo Galeano.

Después de su paso por la Fundación Antonio Gala, donde desarrolló un proyecto de novela, y de la publicación de su libro Conjuros y Cantos (Kriller 71 Ediciones, 2016), platicamos con Sara Torres sobre sus perspectivas en relación con la poesía, el feminismo y el papel de la escritora frente a un mundo en conflicto permanente.

La que Arde: ¿Cuál es tu experiencia como escritora en un mundo editorial y literario dominado históricamente por los hombres?

Sara Torres: Supongo que similar a la de ser identificada como mujer en un mundo históricamente dominado por los hombres: además de los daños y los desequilibrios que se pueden señalar con el índice y con el porcentaje, ocurre que hay puertas que no intento abrir porque no me son visibles. Esto es muy peligroso, dado que no podemos aspirar a lo que ni siquiera sabemos que existe. La lógica del privilegio también opera de esta forma, endogámicamente, entre ellos.

LQA: ¿Para quién escribes cuando haces poesía?

ST: Para un cuerpo que imagino afín. Esto quiere decir… capaz de conmoverse, alterarse, sentir misterio y placer con aquellos estímulos que despiertan lo mismo en mí. Escribo también para la niña que buscaba incansable el libro raro. El libro mágico que iba a ayudarle a encontrar las palabras para decir esas sensaciones y afectos que existían de manera caótica y en potencia, sin un universo simbólico o fantasía-escenario en la que poder enraizar, dar frutos y generar modos de habla.

LQA: ¿Qué ha significado para tu proceso creativo el transitar de la poesía a la narrativa (con la novela que desarrollaste en la Fundación Antonio Gala)?

ST: Creo que nunca he dejado de escribir poesía, porque es el uso poético del lenguaje el que más me interesa. Su expansión y su mutabilidad, la unión de lo aparentemente arbitrario que revela nuevas bellezas y conexiones. No obstante, la novela ha sido y es un ejercicio de fondo, muy distinto en su práctica como rutina y, aunque pueda sonar exagerado, siento que ha cambiado mi vida de manera fundamental. Me interesaba investigar una voz narrativa como flujo de conciencia que entendiese la escritura como transferencia, como trasvase. Ese es el perfil de mi narradora-protagonista, alguien que hace un viaje de desbloqueo del cuerpo al mismo tiempo que hace un viaje de escritura: desde el retraimiento y la angustia hasta la dilatación y el placer, con idas y venidas. Empatía y somatización mediante, fui sin duda yo la que realizó ese viaje. Ha sido muchas veces abrumador, muchas veces demasiado. He puesto, como dicen “toda la carne en el asador” y ha tenido consecuencias, claro.

LQA: Con respecto a la imagen del escritor o la escritora que desarrolla su obra en una torre, separado del resto de la gente, ¿crees que la escritora debe tener un papel activo en su comunidad, más allá de sus creaciones?

ST: Hay escritoras que escriben, escriben salvajemente, sin reflexión política (aunque sí contenido político), con la entraña pura, y sus escrituras son un regalo para las que no podemos evitar teorizarlo todo un poco. Yo, en el momento en el que te estoy contestando, no soy una persona que vea sentido a las torres ni a las cabañas de montaña ‒mira que mi familia tiene una, y nunca voy allá a escribir‒, a no ser que me “aísle” con una pequeña comunidad de amigas o, por supuesto, que vaya para vivir amor y escritura en un periodo de intensidad.

Quizás llegue un tiempo en el que necesite irme, por ahora necesito escribir viviendo acompañada por la diversidad, mirando, preguntándole no sólo a mi dolor o a mi deseo, sino al deseo y al dolor de todos los bichitos, humanos o no. Supongo que el hecho de escribir no tiene porqué ir ligado a la disposición para ser un organismo activo en una comunidad, pero es que a mí personalmente me interesa comprender la conciencia, el miedo, la necesidad… luchar por el derecho común al placer y al bienestar.

LQA: ¿Cómo decidiste que necesitabas el feminismo en tu tránsito por el mundo?

ST: Llegué a un mundo organizado de tal modo que rápidamente decidieron que yo era, e iba vivir toda mi vida, como mujer. No tomar el feminismo como herramienta para fortalecerme y comprender críticamente ese mundo habría sido como nacer en un contexto que te asigna ser submarinista y rechazar el tanque de oxígeno. Hay muchas mujeres hoy en día que siguen buceando a pulmón. Pero a pulmón los trayectos son cortos y los lidera la angustia por la falta de aire.

LQA: Aunque desarrolles tu vida entre España y Londres, ¿crees que hay lazos comunicándote con Latinoamérica? ¿Cómo los describirías?

ST: Algunas de las personas más importantes en mi vida son de Argentina, Colombia, México… Me enamoré de la literatura leyendo autorxs latinoamericanos, y así sigo. Hay un lazo muy mágico que me une a tierras que no conozco. Siempre pospongo ese viaje porque lo he fantaseado tanto desde niña que sé que sólo un proyecto me ha de mover hasta allí: ir para hacer y entonces ya ser parte.

LQA: ¿Cuál es el papel de la poesía en un mundo en guerra constante? ¿Cuál es el de las narradoras y las poetas frente a un problema tan grave y extendido como el feminicidio?

ST: Ojalá te pudiese contestar con un gran silencio a esta pregunta. Un silencio triste, emocionado.

* * *

Reproducimos a continuación uno de los poemas de Sara Torres, incluido en su más reciente obra Conjuros y Cantos (Kriller71 Ediciones, 2016).

 

La Enterradora

Language sustains the body not by bringing it
into being or feeding it in a literal way; rather, it is by
being interpellated within the terms of language that a
certain social existence of the body becomes possible.
Judith Butler

I

La enterradora toca piedra con el canto de su pala

Toca hueso con el canto

En brazos la enterradora me carga durante quilómetros

Atraviesa desierto púrpura con mi cuerpo

Luego clava las rodillas en el suelo

y me coloca frente al borde de la fosa

Duerme aquí frente al borde para siempre

Mi bella mi lúcida hiladora de mentiras

Yo la enterrada viva

abro unos ojos secos por el polvo

Veo sombra

Veo la enterradora

Su duda

Su llanto austero mojando

el espacio de mi nicho

II

Yo soy la no‒nombrada la enterrada viva

canto con pasión a quien trata de acallarme

Yo reclamo la memoria de mi nombre

La enterradora dice: apodé con tu nombre la enfermedad

Si me respetas vuelve al lugar donde un día te dejé

No me visites Fingiendo tu inexistencia me mantengo

a salvo

No te apelo Tu cuerpo se borra en mi silencio

Te agitas en la histeria del fantasma No te señalo

Nadie te ve

*

Imagen de portada: Alan Vest

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La Sala, el lugar de lucha de las trabajadores sexuales en Costa Rica. Por Andreína Quirós https://www.laquearde.org/2016/08/11/la-sala-lugar-de-lucha-de-las-trabajadores-sexuales-en-costa-rica-por-andreina-quiros/ https://www.laquearde.org/2016/08/11/la-sala-lugar-de-lucha-de-las-trabajadores-sexuales-en-costa-rica-por-andreina-quiros/#respond Thu, 11 Aug 2016 20:39:36 +0000 https://www.laquearde.org/?p=7398 La Sala es el espacio de lucha de las mujeres trabajadoras sexuales en Costa Rica. Ubicado en la mal llamada “zona roja” de San José, es visitado semanalmente por al menos 30 mujeres que se reúnen  para conversar, tomar café y luchar. La Sala es la única organización de Costa Rica que lucha por los derechos de …

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La Sala es el espacio de lucha de las mujeres trabajadoras sexuales en Costa Rica. Ubicado en la mal llamada “zona roja” de San José, es visitado semanalmente por al menos 30 mujeres que se reúnen  para conversar, tomar café y luchar. La Sala es la única organización de Costa Rica que lucha por los derechos de las trabajadoras sexuales, y uno de sus mayores objetivos es lograr que el trabajo sexual sea regulado, y por lo tanto reconocido legalmente como un trabajo.

Nació en 1994 y durante los últimos 5 años ha trabajado de manera autónoma. Forma parte de la Red de Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe (RedTraSex), desde la cual se acuerpa en un movimiento de mujeres latinoamericanas que están cansadas de ser violentadas y de no gozar plenamente de todos sus derechos.

La Sala se enmarca en un feminismo que reconoce que todas las mujeres tienen la libertad de decidir sobre su cuerpo, que reivindica el trabajo sexual como un trabajo digno y que lucha por una legitimación del mismo, con el fin de que todas las trabajadoras sexuales puedan gozar de sus derechos laborales, tener mejores condiciones de trabajo, no ser estigmatizadas ni discriminadas y reforzar su identidad como personas autónomas que deciden ejercer el trabajo sexual.

En 2013 se realizó el “Estudio sobre la Incidencia y la Participación Política de las mujeres trabajadoras sexuales en América Latina y el Caribe” (RedTraSex, 2013), que expone que en Costa Rica la legislación no es explícita con respecto a la diferencia entre trabajo y esclavitud sexual, pero sí es clara al definir como delito la trata de personas y el proxenetismo.

Por lo tanto, en Costa Rica existe un vacío reglamentario en cuanto al tema del trabajo sexual, que si bien no es ilegal, no cuenta con una regulación ni normativa que lo aborde. Esta ausencia legal deja a las trabajadoras sexuales sin respaldo, sin acceso a un seguro médico, expuestas a condiciones laborales paupérrimas y a que sus Derechos Humanos sean violentados.

“Las ideologías de inferioridad erótica y peligro sexual reducen el poder de las trabajadores del sexo en los encuentros sociales de todo tipo. Disfrutan de menos protección frente a las conductas criminales o carentes de escrúpulos, tienen menos acceso a la protección policial y menos recursos legales. Las relaciones con las instituciones y burocracias -hospitales, policía, tribunales, bancos, funcionarios públicos- son más difíciles”. (Rubin, 1989, p. 141)

Al evadir por completo la noción de trabajo sexual, la ley vigente alimenta la confusión entre trata de personas, esclavitud sexual y trabajo sexual. Este laberinto conceptual provoca victimización, genera imágenes tergiversadas y extremistas del trabajo sexual y silencia la voz de las mujeres que trabajan en la calle. El trabajo sexual autónomo es una decisión consciente, una actividad laboral como cualquier otra en donde se presta un servicio de manera consensuada a cambio de una remuneración económica.

Costa Rica es conocida mundialmente como un paraíso del turismo sexual, lo cual se hace evidente al caminar por las calles de San José. Por ello, al igual que en el resto del mundo, urge una legislación que proteja los derechos de las trabajadoras sexuales.

Durante los últimos 5 años muchas instancias internacionales han reconocido el trabajo sexual autónomo, sin embargo hacen falta acciones concretas que lo legitimen. Recientemente Amnistía internacional hizo un llamado para que se adopte una política nacional que trate de conseguir la mayor protección posible de los derechos humanos de las personas que ejercen el trabajo sexual a través de diferentes medidas, entre ellas la despenalización del trabajo sexual.

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Trabajadoras sexuales salvadoreñas marchando el Día del Trabajo. Foto/EFE.

En el 2012 la Comisión Global sobre VIH y Derecho, dependiente del Programa de las Naciones Unidas (PNUD) estableció que “La penalización, junto con el estigma social, hace las vidas de las personas trabajadoras del sexo más inestables, menos seguras y mucho más riesgosas en términos de VIH”.

También en 2012 la organización Mundial de la Salud recomendó que los países despenalicen el trabajo sexual e instó a mejorar el acceso a la salud. En 2010 La Organización Mundial del Trabajo aprobó la Recomendación 200, que comprende una serie de medidas para disminuir el impacto del VIH. El documento vela por el respeto a los derecho humanos, la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.

Por otro lado, en Colombia este año se creó el Sindicato Nacional de Mujeres Trabajadoras Sexuales de Colombia (SINTRASEXCO), el primer sindicato del mundo conformado y dirigido por mujeres trabajadoras sexuales reconocido por el Ministerio del Trabajo.

Aunque son varios los avances que se han realizado en este tema, urge que los pronunciamientos se sigan traduciendo en acciones concretas. En el caso específico de Costa Rica, las trabajadoras sexuales que conforman la Asociación La Sala están construyendo un proyecto de ley para el trabajo sexual tomando en cuenta las diferentes necesidades de las poblaciones y las variadas formas de ejercer el trabajo sexual, mismo que proyectan concluir este año y que ya cuenta con legisladores aliados para hacer su presentación formal.

Por otro lado, a pesar de que esta nota se ha focalizado en la importancia de que se reconozca legalmente el trabajo sexual, sabemos que la lucha de las trabajadoras sexuales no se queda en las leyes. Aunque sin duda constituye un paso relevante, la lucha de las trabajadoras sexuales no se acaba en la legalidad.

También es necesario un trabajo de base que fortalezca la organización y dé continuidad a campañas informativas cuyo objetivo sea incidir en la sociedad, y que este tema se discuta con las y los trabajadores sexuales, en sus contextos, y no sólo dentro de espacios académicos.

Por último, es indispensable seguir haciendo evidente la distinción entre trabajo sexual AUTÓNOMO, explotación sexual y trata. Esta lucha es un grito para que cese la violencia, para que cese la discriminación cotidiana y los estigmas. Es un grito de libertad y dignidad para trabajar.

Imagen de portada: Diana Mendez

Referencias bibliográficas

Rubin, G. (1989). Reflexionando sobre el sexo: notas para una teoría radical de la sexualidad. En C. Vance (Ed). Placer y peligro. Explorando la sexualidad femenina. Madrid: Revolución, pp. 113-190.acción a la reflexión (Vol. 6). Ediciones Paulinas.

RedTraSex. (2013). Estudio sobre la Incidencia y la Participación Política de las mujeres trabajadoras sexuales en América Latina y el Caribe. 6 julio 2015, Recuperado de: http://www.redtrasex.org/IMG/pdf/costa_rica-estudio_pp.pdf

 

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El manejo cultural de las mariposas. Por Guayaba Quemadora https://www.laquearde.org/2016/07/03/manejo-cultural-mariposas/ https://www.laquearde.org/2016/07/03/manejo-cultural-mariposas/#respond Sun, 03 Jul 2016 23:46:11 +0000 https://www.laquearde.org/?p=7155 Mi discurso es una marcha de protesta contra la legión de demonios que me habita. G.Q. El intercambio entre nosotras fue muy breve. Tan breve como aquí lo cuento: nos gustamos y salimos. Hubo mariposas y ganas de repetir. Las ganas, sin embargo, se expresaron de modos muy distintos y no nos entendimos. Al final, …

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Mi discurso es una marcha de protesta contra la legión de demonios que me habita.
G.Q.

El intercambio entre nosotras fue muy breve. Tan breve como aquí lo cuento: nos gustamos y salimos. Hubo mariposas y ganas de repetir. Las ganas, sin embargo, se expresaron de modos muy distintos y no nos entendimos. Al final, la comunicación falló y el vínculo incipiente se estresó y desapareció.

Nada… una historia común de desencuentro. Pero la normalidad, vista con feminismo, puede sorprender más que una bacteria bajo el microscopio. Y desde tal ángulo, lo que sucedió fue que de mi medusa personal asomó una serpiente desconocida.

Ella la vio primero y huyó. Yo la alcancé a ver en el correo que me envió de despedida. No me gustó ese espejo, pero decidí no apartar la mirada. Contrariada, me dije “Sí, de algún modo esa soy yo… ¡pero no me parezco!”

Así, me quedé a solas con mi serpiente y varias dudas por resolver. Comprendí, entonces, que si mi propio reflejo me extrañaba, sería necesario para un reencuentro conmigo trascender mis percepciones cotidianas. Parte de la estrategia en esa aventura ha sido arrojar sobre mí misma una mirada sociológica. Comparto aquí algunas reflexiones surgidas de tal ejercicio.

El interés amoroso… o sexo-afectivo… o amoafectivo… o sexoroso… o como le quieran llamar [1]

Antes de la experiencia descrita, nada me parecía más obvio en materia de relaciones amorosas que la frase “el interés tiene pies”. Aún la encuentro cierta, mas no obvia, porque tiene truco: no dice cómo caminan esos pies.

Así, puedo imaginar a quien la acuñó hace décadas o centurias, actuando como Poncio Pilatos mientras pensaba, con muy buen sentido del humor: “¡Allá ustedes cómo los imaginen andar!”

Y sí que tiene gracia… Y no…

Espero que a la mayoría nos sea familiar esa deliciosa experiencia neurobiológica llamada “mariposas en el estómago”, que surge con el encuentro de una persona que nos resulta particularmente atractiva.

Pues bien, esas mariposas históricamente me han dirigido al siguiente tipo de intercambio: citas y mensajitos frecuentes, así como contacto físico y palabras cariñosas en abundancia. Así era como yo entendía el interés sexo-afectivo. El entorno social hacía eco de mis expectativas, que regularmente se veían satisfechas… y cuando no era así, yo ponía en duda el interés de la otra persona. Sin darme cuenta, había naturalizado y, con ello, universalizado una forma de sentir y de actuar que, a pesar de ser común, no es única ni inevitable.

Y es que por mucho que las emociones nos parezcan naturales, en gran medida no lo son: están profundamente mediadas por lo social. Responden a representaciones del afecto y del sentimiento que son cultural e históricamente construidas (Jimeno, 2004). Así es como en el contexto urbano de una clase media mexicana, como en el que me he desarrollado, el interés sexoroso ha tendido a representarse como una fuerza que nos compele a la proximidad constante con la persona deseada. Algo así como “contigo, yo quiero estar contigo… y conseguir que todo el tiempo sea estar junto a ti…”.

Bajo semejantes parámetros culturales hemos ido moldeando, más allá de lo consciente, nuestra emoción y expectativas amoafectivas e, incluso, nuestras formas de actuar en ese campo, asumiendo que tal es el orden natural de las cosas. Esto es lo que Bourdieu denomina habitus (Gutiérrez, 1997) que, en este caso, sería un habitus amoroso. Pero ¿qué pasa cuando alguien te dice “sí tengo interés, pero no lo expreso como tú esperas que lo haga”? ¡Toing! “¿Acaso hay otra forma de expresarlo?” te preguntas… y si la pregunta te compromete y estás preparada, inicias un proceso de exploración propia y del mundo social para averiguarlo. Por fortuna, yo estaba preparada.

Descubriendo el propio reflejo

Una característica esperanzadora del habitus es su capacidad de ser transformado. Para ello, es necesario que las condiciones del entorno social cambien y que surjan vivencias novedosas y significativas. Si esto ocurre, el habitus puede entrar en “corto circuito” porque las disposiciones del sujeto para sentir y actuar en cierto sentido ya no hacen “click” con su ambiente ni con sus nuevas relaciones. Entonces, se cae en cuenta de que esos comportamientos y sentires que se creían “naturales” son en gran medida sociales, y lo más importante: se toma conciencia de que se pueden cambiar (Gutiérrez, 1997).

Como dije, en lo que concierne a las mariposas de la panza, yo me formé en términos más bien tradicionales… un tanto Disney: cuando nacía en mí un interés amoafectivo, éste focalizaba energías y tiempos, posicionándose como prioritario sobre muchos otros aspectos de la vida personal.

Como feminista, sin embargo, desde hace tiempo me involucré en discusiones teóricas orientadas a deconstruir esa lógica. Poco a poco, además, me fui desenvolviendo en ámbitos en los que la praxis amorosa se alejaba de la tradicional, en los que el poliamor o las relaciones de no exclusividad sexual eran más comunes. En ciertos momentos, yo misma ensayé relaciones no monógamas. Así es como mi trayectoria de vida preparó el terreno para el cambio que finalmente sería detonado por el des-encuentro con una chica feminista que no compartía mi visión del amor.

Cuando leí su correo de despedida, una luz extraña se posó sobre mis actitudes y tuve la impresión de estar viendo a una monstrua en mi reflejo. Unas benévolas luces previas, me habían insinuado casi románticamente mis propias formas de opresión y de sometimiento a la hora de desear y de amar: algo digerible. Pero bajo esta luz, más intensa, no me había observado antes. Pasado el impacto, sin embargo, vi que no era una monstrua por entero: sólo tenía garras en vez de manos.

Sucede que la forma que tenía de entender, sentir y expresar el interés sexoroso, contemplaba un derivado: la necesidad de certeza que, a su vez, se traducía en exigencia… actitud mía que ella denunciaba en su escrito.

La tiranía de la certeza

Al experimentar la magia de un “click” amoroso, surgía en mí una expectativa casi demandante –ahora lo veo- de un contacto regular y de un cierto tono en el intercambio que más que una preferencia personal a la hora de construir el vínculo, reflejaba cierta ansiedad: un afán por controlar, por aprehender. Sí, mi interés estaba marcado por una actitud aprehensiva.

Este afán por “agarrar” a la persona, nacía del hecho de haberme representado el interés sexo-afectivo sólo de una forma posible (la forma culturalmente promovida y validada), por lo que no era capaz de leer las manifestaciones que escaparan a esa lógica. Me había, asimismo, relacionado con mujeres que entendían lo sexoroso en términos similares, al igual que la mayoría de las personas en mi entorno. En consecuencia, resultaba inevitable que ante las declaraciones de interés, surgiera la expectativa de los gestos que comprobaran materialmente su existencia: si en efecto hay mariposas en tu panza, tendrían que estar volando “así”. Cuando tales gestos no surgían o no bastaban, era casi natural señalar la incongruencia. Venía, entonces, la presión. Nacían las garras decididas a conducir el vuelo de las mariposas.

En ese intento, a quien las garras conducían en realidad era a la persona que, estando en la misma sintonía, se dejaba manipular y también me manipulaba… y sin darnos cuenta, nos encontrábamos ya en un juego de poder al que llamábamos relación amorosa [2]. Y a todo esto… ¿las mariposas? Pues ¡muertas! Ellas vuelan libres o no vuelan: se asfixian en la captura.

Ése es el manejo cultural de mariposas que yo incorporé: más bien, una ilusión de manejo. Tal es el habitus que estoy transformando y aunque considero que es ampliamente compartido, me queda claro que el hecho de ser una mujer lesbiana, de 37 años, feminista y de clase media, entre otros rasgos particulares, me distancia de la forma en que otras personas, de acuerdo a su propia posición social, puedan significar la experiencia amorosa. Sin dejar de ver que las trayectorias personales de vida, abonan a esa singularidad. Y para ilustrar mi singular trayectoria, ahora relato cómo operaron mis garras en el contexto particular del intercambio sexoamoroso con la mujer de la que hablo.

Cuando empecé a salir con ella, muchas de las estructuras de mi vida estaban en implosión: lo profesional, lo ideológico, lo económico… En fin, casi el edificio completo: lo existencial. En medio de este escenario, aparecieron muchas coloridas mariposas. Eran las de su panza y la mía, volando juntas. Pero después de algunos encuentros, el contacto y los mensajes de su parte escasearon y yo me empecé a inquietar.

Ella estaba ocupada con mil responsabilidades. Yo desempleada y en crisis. Ella algo me contaba de su estrés por chamba/yo sospeché desinterés. Fue así que, ¡Pum!, salieron mis garras y, con más ansiedad que nunca, quisieron atrapar a las mariposas. Más que en otros momentos, ahora las requería como gozosa distracción del escenario catastrófico de mi derrumbamiento personal.

Propuse vernos/ella no tenía fecha pronta. Insistí/no obtuve resultados. Mandé el mail preguntándole si le interesaba o no (algo así como “soy la inspectora de mariposas y quiero ver si todo está en orden”) y ella me respondió de un modo que me alcanzó para esta honda reflexión.

Baste decir que me mostró que mi forma de expresar el interés no era la única posible, que de sus tiempos se ocupaba ella y que notaba que no estaban alineadas las disposiciones [3] para una relación sexo-afectiva, pero me ofrecía su amistad. Importante lección de vida que hasta la fecha agradezco, al igual que su amistad.

Distrayéndome un poco

Reconocí, con esta afortunada experiencia, que imprimir feminismo a la dimensión sexo-afectiva, no implicaba sólo defenestrar a la monogamia como modelo ideal ni dejar de lado ese mecanismo de control llamado “celos” –al cual no he sido muy afecta-. Un proceso verdaderamente transformador en mí habría de pasar por abandonar ese impulso –que con palabras bonitas tanto promueve la sociedad- de “agarrar”, de “poseer”, de “tener” en cualquier sentido a la otra persona, para así liberarme de la ansiedad implícita en ello y garantizar mayor armonía a mis vínculos amoafectivos.

Ignoro aún en qué sentido se irá transformando mi habitus afectoroso, pero ahora entiendo que las mariposas, fuera de los constreñimientos de la cultura hegemónica, pueden volar de muy diversas formas. Me entusiasma dejar a las mías ensayar el vuelo en varias rutas y estilos, y sincronizar con las de otra panza cuando así les apetezca. Ante todo, como aconseja Clarice Lispector, hay que distraerse de ellas, no prestar tanta atención a su vuelo. No vaya a ganar la tentación de atraparlas… y dicha especie no sobrevive en cautiverio.

Imagen de portada: http://quotesgram.com

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Gutiérrez, Alicia (1997), Las prácticas sociales: una introducción a Pierre Bourdieu, Buenos Aires, Argentina, Universidad Nacional de Misiones.

Jimeno, Myriam (2004), Crimen pasional: contribución a una antropología de las emociones, Bogotá, Colombia, Universidad Nacional de Colombia.

Lispector, Clarice (2007), Para no olvidar. Crónicas y otros textos, Madrid, España, Ediciones Siruela.

[1] En el texto uso indistintamente “interés amoroso” o “interés sexo-afectivo” o una combinación de esos términos para ilustrar simbólicamente el borroso camino desde un esquema tradicional de lo sexo-afectivo (que se identifica más con el término “amoroso”) hacia una construcción divergente y más autónoma de dicho campo en mi vida personal.

[2] Sin dejar aquí de reconocer que dicho vínculo también contemplaba afecto y cuidado mutuo en más de un sentido

[3] Uso aquí el término disposiciones en el sentido que lo usé más arriba, refiriéndome al habitus y no a una voluntad consciente personal.

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Por Ita del Cielo

#3J: del #NiUnaMenos al #Vivasnosqueremos
Buenos Aires, 4 de junio de 2016

Ímpetu, dolor e indignación cimbraron el microcentro de la capital argentina este viernes 3 de junio (3J) cuando cientos de miles de mujeres de diversas edades y orígenes se manifestaron contra la violencia patriarcal al grito de ¡NiUnaMenos-VivasNosQueremos! que, por segundo año consecutivo, hizo estallar de creatividad y digna rabia la Plaza del Congreso, movilizándose hasta la Plaza de Mayo.  La convocatoria tuvo eco en casi 200 poblaciones del territorio nacional.

La consigna convocó a muchxs: sindicalistas y desempleadas, trabajadoras precarizadas, migrantes, docentes, estudiantes,  agrupaciones barriales, deportivas, artísticas, ecologistas, maricas, trans, tortas y mutantes, niñxs con su familia, amigas y vecinas. Se hace público lo que pasa en privado: cada 30 horas una mujer es asesinada por la violencia patriarcal. El femicidio aparece como la punta que se asoma del montón de machismos que a diario se hacen carne en los cuerpos feminizados.

Pregunto a Liliana, mujer de a pie de 58 años, qué la convoca. Viene por su cuenta desde Morón, provincia de Buenos Aires, junto con Belén, su hija de 24.“Yo soy sobreviviente de violencia de género y como tengo una hija quiero que esté al tanto, que participe y acompañe a las demás para que sepan defenderse, no sólo en el golpe, también de la violencia psicológica, obstétrica, laboral […] las mujeres somos acosadas en diversos ámbitos […] aunque siempre hemos estado presentes en la historia”, insiste.

Crimenes_politicos

Mientras el contingente de familiares de víctimas de violencia que encabezó la manifestación ya llegaba a la Plaza de Mayo, todavía la retaguardia no salía del Congreso, donde el caminar circulaba lento. Una cámara-dron pasa por encima, documenta el tamaño de la multitud: ¿80, 100, 150 mil? El mar de emociones y detalles queda lejos de ser capturado: decenas de siglas, banderines, intervenciones callejeras, carteles y performances rompen la normalidad de las calles centrales.

La alegría amorosa de las batucadas feministas coreando festivas: “Pido justicia por estos cinco siglos […] por eso yo vengo a luchar […] por el aborto legal, mi cuerpo no es mercancía, es mío y de nadie más”. Decenas de fotografías y cientos de nombres convocan a no olvidar que detrás de cada cifra hay cuerpos con historia, dolores y deseos: Laura Iglesias, Bety Cariño, Diana Sayacan, Diana Colman, Berta Caceres, Machi, Florencia, Melina, Ángeles, Daiana y un largo etcétera. ¡Faltan las presas! recuerda la bocina: ¡Libertad a Belén! ¡Liberen a Milagros Salas! ¡Libre Reina Maraz! ¡Libertad a Claudia Córdoba!

Parece muy claro: sin trabajo, vivienda, educación y salud no puede haber #NiUnaMenos.  En medio de la efervescencia social contra los ajustes y despidos masivos, la convocatoria feminista es un espacio de concurrencia popular que, al mismo tiempo, enuncia su particularidad. Desde la experiencia histórica los cuerpos feminizados devienen lienzo de expresión de la violencia que se agudiza en momentos de desposesión y crisis. Esta amplia convergencia de sectores populares y gremiales desafía la mera reivindicación identitaria y victimista.

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El grueso de las asistentes hace suya la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, las consignas se hermanan, aunque todavía provocan escozor en algunas asistentes. Una señora observa el dibujo de unos ovarios “mi cuerpo, mi decisión”. “¿Y el cuerpo del bebé?”, me increpa. Las compañeras socorristas le explican sobre el derecho a decidir, que en todo caso al cigoto no se le puede llamar bebé, etcétera. No hay posibilidad de diálogo.

El número 33 se hace presente en el cruce con 9 de julio. Igual número de personas se congregan y solidarizan con el reciente caso en Morro da Barão, Río de Janeiro, donde una adolescente fue violada multitudinariamente. La indignación hizo salir a las calles a decenas de miles para pedir un alto a la cultura de la violación, en un momento de protestas callejeras contra el golpe que destituyó a Dilma Rousseff. De ahí las consignas recordaban que lo de Brasil fue un golpe de estado machista.

Llama mi atención el entusiasmo de las mujeres del Movimiento Popular La Dignidad, que no cesa durante todo el recorrido. Su nutrida tropa feminista, una convergencia de migrantes, universitarias, familias de la corriente villera independiente corean: “Contra el patriarcado, salimos a luchar, rebeldes y combativas, luchamos por un mundo sin mujeres oprimidas, y que se escuche en toda América Latina con las mujeres unidas no vas a poder”.

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Un listón rosa mexicano rodea al numeroso contingente de la Colectiva Lohana Berkins —activista trans fallecida el pasado febrero—, que agrupa una variopinta pasarela de las autonombradas tortas, mutantes y feminaSis. Sus consignas: “mi cuerpo es mío, mi deseo también”, “ni una menos por precarizar las vidas”, “sin las travas no hay ni una menos”.

Circulan playeras, parches, libros, zines, imanes, pins e imágenes feministas. Los puestos itinerantes de asado desbordan la normalidad de los restaurantes en plena Avenida: chori, cerveza, “paty y coca”, sándwiches vegetarianos o pan relleno integral, alimentan a lxs participantes durante las cinco horas que duraría la manifestación.

En las paredes del gobierno de la ciudad se proyectan imágenes, cifras, consejos para enfrentar la violencia de género. En Bolívar queda el testimonio del paso de la furia de la manada feminista que nos habla:  “Estado misógino y genocida”  “¿Quién decide cuando parís, quién decide cuando abortás?” “Si te maltrata no te quiere, corta la brocha” “Macho=facho” “Macri queremos tu cabeza” “Abortá la heterosexualidad”.

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Hasta los letreros de neón de la red de transporte subterráneo hacen eco por este día al “Ni una menos”, ¡Que hipocresía, si la violencia es parte del ajuste! Dicen algunas. ¿La apuesta del gobierno municipal para subirse al barco de la indignación legítima o la conquista de un movimiento que permeó en los medios hasta instalar la consigna?

Mientras los contingentes van llegando a la Plaza, se organiza una pequeña fogata al pie de la Catedral, esta vez resguardada con vallas y seguridad. Una joven con el rostro cubierto se apuesta desafiante detrás de la quemazón: “¡Ni un macho más!”. Otras marcan el asfalto, la plantilla dice: “Las pibas que violaste están de regreso”. Las llamas iluminan la pintura fresca, que se ve plateada. Las demás mujeres ululan alrededor del fuego como evocando a las ancestras guerreras. Hay complicidad en este gesto que se diluye en cada despedida, en el cansancio de los cuerpos ya caída la noche.

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Imagen: Colectivo El 60

Ita del Cielo. Mutante todavía mujer. Ir a contrapelo como método, cree que la noción de individuo es una ficción moderna. Lucha por la extinción del pensamiento macho que penetra en las intimidades. Arde por ser parte de una comunidad de mujeres autónomas organizadas frente al despojo de cuerpos y territorios.

Twitter: @itadelcielo

 

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