La que Arde Revista digital
Nada se sabe de él, salvo que (según afirma El Universal en un artículo que no replicaremos aquí porque revictimiza a Lesvy) trabaja como intendente en la Prepa 6 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tiene 27 años y que, después de discutir con ella, fue la última persona en ver con vida a Lesvy Rivera Osorio, estudiante del CCH Sur de la UNAM, ahorcada hasta morir con un cable de teléfono el pasado 3 de mayo en Ciudad Universitaria.
Aunque la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la Ciudad de México ha resguardado celosamente el secreto de su nombre, han sido las declaraciones de este hombre, filtradas ilegalmente por la misma PGJ a la prensa, las que han incidido de manera más nociva en el curso de la investigación sobre el asesinato de Lesvy, gracias al apoyo de medios como El Universal, Excélsior, Sin Embargo y la Revista Proceso, que hicieron amplio eco de esta información revictimizante de Lesvy:
- Que Lesvy había dejado sus estudios, declaró ante las autoridades de la PGJ.
- Que Lesvy “debía materias”, declaró ante las autoridades de la PGJ.
- Que Lesvy había estado bebiendo y consumiendo drogas con él hasta las 4 am la noche de su asesinato, declaró ante la PGJ.
- Que Lesvy “tenía problemas de alcoholismo”, declaró este hombre, horas después del feminicidio de su pareja, con quien compartía vivienda.
Fuente: Revista Proceso
Bajo esta misma lógica, a pocas horas del asesinato de Lesvy, junto a esta oleada de desinformación -infamante e irrelevante para su asesinato, pero muy útil para alejar el foco del asesino-, ya corría por redes sociales la teoría de que se había suicidado. ¿De dónde salió esta teoría -por decir lo menos- tan precipitada, cuando la investigación apenas tenía unas horas de iniciada? De la misma fuente: la pareja de Lesvy, que algunos medios de comunicación aseguran tiene por nombre “Jorge Luis González Hernández”.
Así lo informó el semanario Proceso el 4 de mayo en este artículo:
¿Quién es “Jorge Luis González Hernández”?
La información pública con que se cuenta sobre este sujeto es la que filtraron algunos medios de comunicación, presuntamente con base en información proporcionada por la PGJ. En este reportaje, por ejemplo, La Jornada San Luis reportó que “Jorge Luis González Hernández” tiene antecedentes penales por robo a negocio, robo sin violencia, allanamiento de morada y delitos cometidos contra servidores públicos.
También reportó que la PGJ tuvo que esperar OCHO HORAS antes de poder tomarle su declaración, debido al estado en que se encontraba a consecuencia del consumo excesivo de alcohol y drogas.
Más aún, el diario asegura que las imágenes captadas por las cámaras de seguridad de la UNAM (mismas a las que la PGJ no le permite acceder a la familia de Lesvy,) la noche del feminicidio, que supuestamente muestran a Lesvy retirándose sola del lugar y a “Jorge Luis González Hernández” caminando en sentido contrario justo antes de su asesinato, también muestran que unos 20 minutos después, Jorge Luis González Hernández regresó al sitio donde discutieron y aparentemente fue hacia donde ella estaba, entre la Facultad de Química y el Instituto de Ingeniería.
Adicionalmente a esto, ya Araceli Osorio aclaró que todas las declaraciones que hizo “Jorge Luis González Hernández” a la PGJ sobre su hija son falsas, incluido que Lesvy era alcohólica y se dedicaba a pasear perros. Araceli desmintió esta información, explicando que el único perro al que Lesvy paseaba regularmente por Ciudad Universitaria era a su propio perro, “Tío Michael”:
Fuente: Huffington Post
Ya sabemos que en México es suficiente que un feminicida asegure que el asesinato de su pareja de fue suicidio para ser exonerado, y encubierto por el aparato de Estado. También sabemos que en México es alarmantemente común que las mujeres sean asesinadas por sus propias parejas o ex parejas hombres. Para muestra de ambos hechos, el botón de Julio César Hernández Ballinas, policía judicial que en 2010 asesinó a Mariana Lima, su esposa, y después aseguró que ella se había suicidado, tal como lo hizo “Jorge Luis González Hernández” con respecto a Lesvy unas horas después de su asesinato, de acuerdo con la revista Proceso.
De no haber sido por la lucha incansable de 7 años que hasta ahora ha librado Irinea Buendía, madre de Mariana, contra el asesino de su hija y el Estado feminicida que lo protege, Julio César Hernández Ballinas seguiría libre y felizmente impune.
“Hay un código no escrito entre servidores públicos corruptos, ‘ahorita lo hiciste tú, te protegemos, al rato lo hacemos nosotros y tú ayudas a protegernos’, la misma cobija de corrupción que genera impunidad alcanza para todas las autoridades corruptas. El asesino tenía redes de protección, amistades que le debían favores y a nosotros lo único que nos dejaron fue nuestra palabra, nuestra dignidad, nuestro dolor” dijo Irinea Buendía en una conferencia de prensa ofrecida en 2016.
Pero sabemos bien que ese código no escrito no opera sólo entre funcionarios: por regla los machos agresores, violadores y feminicidas se encubren y protegen entre ellos. Así funciona el sistema machista, la “cobija de corrupción” nacional, la maquinaria de un país feminicida. De otro modo no podría sostenerse.
Así, ante la insistencia de la PGJ en alimentar la -absurda, insultante- teoría del suicidio de Lesvy, propuesta por “Jorge Luis González Hernández”, y en prohibirle (en contra de toda lógica jurídica y de derechos humanos) a la familia de Lesvy el acceso a la carpeta de investigación y a los videos tomados en la UNAM el día de su asesinato, las preguntas que flotan en el aire siguen siendo:
¿Quién es “Jorge Luis González Hernández”? ¿De quién es la mano que mece la cuna en el feminicidio de Lesvy?
