Lxs que Ardemos hemos estado la víspera en plan reflexión profunda, pensando, ¿será que detrás de todo mito machista subyace la intención de hacerle creer al mundo que el sexo femenino es inferior al masculino? ¿quizás con la finalidad de legitimar el sistema de opresión y abuso en que vivimos y convivimos todos los días? Independientemente de las posibles respuestas, creemos que dentro del (des)orden establecido, la desigualdad reinante y la violencia social se han convertido en los depredadores de la especie humana y de nuestro planeta (en franco proceso de extinción). También creemos que descubrir poco a poco la verdad oculta detrás de estos mitos nos ayuda a contar con un panorama más claro en relación con las dinámicas de las que se ha valido el machismo para perpetuarse.
Una de las manifestaciones cotidianas de este mito es la que nos ha obligado a escuchar durante décadas el dicho “mujer al volante, peligro constante”, acompañado de discursos que pretenden fundamentarlo con base en los más inverosímiles teoremas. Actualmente, por fortuna, la información ha comenzado a fluir por cauces distintos, y el reportaje de Jonathan Tapia (1), reportero del periódico El Horizonte, contribuye a echar por tierra el mito que durante décadas ha difundido la falacia de que las mujeres, a diferencia de los hombres, no contamos con las habilidades necesarias para conducir un automóvil sin representar una amenaza para la humanidad.
Ya puestxs en ésas, y de acuerdo con la investigación de Jonathan, centrada en el estado de Nuevo León, la verdadera amenaza al volante la representarían los hombres, quienes, como lo revelan las cifras obtenidas por el reportero a través del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), provocaron el 85% de los accidentes registrados durante 2013.
La investigación periodística de Jonathan arrojó, entre otras cosas, que en Nuevo León:
1) Por cada accidente que protagoniza una mujer, se reportan cinco protagonizados por hombres.
2) En 2013 se reportaron 74,112 accidentes, de los cuales el 85%, es decir 62,995, fueron provocados por hombres.
3) La incidencia de accidentes viales protagonizados por mujeres es 61% inferior que la de los hombres, si se toma en cuenta el género del total de lxs conductorxs registradxs en el Instituto de Control Vehicular.
Esta información, además, al parecer no es nueva, ni es privativa del estado de Nuevo León, pues según datos proporcionados por el periódico El Universal (2), el Servicio de Salud Federal informó en 2007 que los accidentes automovilísticos se convirtieron en la principal causa de muerte en México en 2006, y que de las 2,668 muertes generadas por esta causa, el 74% fueron provocadas por hombres.
Pues bien, volvamos entusiastas a la reflexión: ¿qué intenciones pudieron generar este nocivo mito? Aventurándonos un poco, podríamos pensar que una de ellas es la de reforzar la idea de que las mujeres no somos aptas para llevar a cabo ciertas actividades (especialmente si son empoderadoras) por el solo hecho de ser mujeres, o que un hombre, por el solo hecho de ser hombre, es más capaz para llevarlas a cabo que una mujer.
Si reflexionamos aún más allá, ¿qué efectos provoca en las y los mexicanos, niñas y niños incluidxs, escuchar repetidamente este mito? ¿Será que una mentira que se repite muchas veces durante muchos años puede llegar a asimilarse como si fuera un hecho real? ¿Podrían estos mitos contribuir a construir una sociedad donde determinados seres humanos crean que son superiores o inferiores al resto de la humanidad? ¿Podría esto generar dinámicas sociales de abuso y desigualdad? ¿Son estas dinámicas algo que deseamos heredar a nuestrxs niñxs, y a las generaciones venideras?
Quizá sea sano reconsiderar. Por lxs que ya estamos aquí y por lxs que están por llegar.
Fuentes:
(1) Noticia e imagen: http://elhorizonte.mx/a/noticia/534896
(2) http://www.eluniversal.com.mx/articulos/37617.html