Las voces inquisidoras han prendido fuego
acusan a las mujeres que se sienten dueñas de su cuerpo
alteran el orden natural creado por dios, han dicho
son pecadoras, asesinas…irán al infierno
ni una violación sería una justificación
tal vez algo hizo para merecerlo
usó una minifalda y tal vez provocó
no se cuidó, no dijo no, no obligó el uso del condón.
Cuando una mujer aborta va contra el “señor”
si acaso su padre la violó, tener al bebé es lo correcto
porque un arrepentimiento dogmático impide la separación.
La culpa religiosa ha llenado tus pensamientos:
has decidido no separarte de ese primogénito.
Lloras y sabes que tu dios está contento
y hasta los médicos celebran el acontecimiento.
La religión gobierna nuestros cerebros:
la violación entre parejas no es un pecado,
la pederastia es apenas una piedra en el zapato,
la masturbación en los hombres es un regalo merecido, pero,
el onanismo en las mujeres es un acto pervertido.
Está prohibido el uso del preservativo:
¡aleluya! el coito es exclusivo para producir hijitos.
Se nos acusa por ir contra la vida
pero nadie se atreve a hablar del sistema patriarcal-sexista
un complejo que pone valor a nuestras vulvas.
El cuerpo y la mente van incluidos
con una promesa de convertirnos en princesas después de la compra.
Mujer- objeto me etiquetaron incluso antes de nacer.
Mujer-objeto me gritan en silencio por la calle.
Mujer-objeto dice mi contrato laboral con bajos honorarios.
No me enseñaron a ser dueña de mí, a sentirme, a disfrutarme y a defenderme.
¿A ti?
Mujer, no escuches más esos tormentos,
abandona a ese dios que te acusa sin argumentos.
No más mujer objeto
No más mujer objeto
No más mujer objeto
Semblanza de la autora:
Michelle Silveira, loca-bruja que vomita rabia por cada poro de su dicotomía: cuerpa-cuerpo. Mujer que arde ante las provocaciones porque considera que el silencio la hace cómplice.
@michssa19
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