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Lo que me jode. Por Carne Roll

Provengo de una familia 1000% sexista, crecí con ideas viejas en las que yo debía siempre portarme bien, ser una niña educada, limpia y siempre tener la disposición de atender a los demás.

Aunque me encantaban las muñecas más me encantaba correr, subir, bajar y revolcarme en la tierra creyéndome Xena, la princesa guerrera. Amaba andar por ahí con la ropa sucia, me sentía diferente a las otras niñas y eso me gustaba hasta que me comparaban con ellas. Me dolía en gran medida que mi madre y otras personas me dijeran lo bonita que era única y exclusivamente cuando usaba vestidos. Me gustaban pero lo que odiaba era que me sentía todo el tiempo observada. Todo el tiempo me decían que debía sentarme bien, cruzar las piernas en vez de abrirlas. Eso me jodió todo, desde muy niña ésta clase de cosas hicieron que comenzara a temer por mí y por mi cuerpo.

A los 12 años junto con una fuerte infección me llegó la santísima y naturalísima monstruación. Mi madre se enojó porque yo no me había dado cuenta, para mí eso era una enfermedad, ¡una hemorragia! y por eso lloré del susto. Mi padre se burló de mí y tiempo después eso le causaba repulsión.

Con ella mi cuerpo cambió, se engrosó y fui objeto de burlas en las que se hacía alusión al tamaño de muchas partes de mi cuerpo y ahí estaba, observada otra vez.

Como sea de niña tenía muñecas de esas que simulan ser bebés y me gustaba cuidarlas y darles de comer con sus mamilas mágicas (una blanca para la leche y otra naranja para el jugo) pero… aún así, yo no recuerdo mucho haber querido hinchar mi vientre y pujar para dar a luz; aunque fuera en juego yo recuerdo que era común para mí tener la idea de ser una mamá profesionista, independiente y con poco tiempo para sus hijos, incluso alguna vez jugué a ser una madre adoptiva y no tenía ni diez años aún.

¿y con todo eso qué?

Quiero decir que hay cosas que odio, ODIO de verdad. Me convencí con el tiempo y la maravillosa información sobre estudios de género y la libertad de elección de que la idea de ser una “madre abnegada” no era para mí. No me veo limpiándole los moquitos a nadie ni arrullándole. No me gusta ni cargarlos porque cuando lo hago lloran y hasta ellos mismos saben que no se me da eso.

Me pregunto muchas veces por qué las personas tienen hijos. Soy alguien que observa el comportamiento. Me enoja mucho ver a las madres gritándoles a sus hijos en las calles y no puedo con las miradas asesinas que las mujeres que acaban de parir le tiran a sus maridos y mucho menos con su clásico “Tú a mí no me vuelves a tocar, cabrón”; obviamente parir no es cualquier cosa y están muy en su derecho de odiar al mundo si ellas quieren pero deberían saber que el dolor y el trabajo son más grandes de lo que se imaginan.

Me jode que las parejas no sepan llevar sus relaciones, que no entiendan que hay etapas en la vida matrimonial y que tener hijos no es sinónimo de olvidarse de sí mismos para dedicarse en cuerpo y alma a otro ser humano para luego divorciarse.

Me jode que, la gente no preparada tenga hijos para después culparlos por todo lo que no pudieron hacer en esta vida debido a que tuvieron que cuidarlos.

Me jode que piensen que tener un hijo será la razón para darle un significado a su vida y a hacer muchas cosas. SÍ, en efecto, harán muchas cosas pero lo harán de mala gana.

Me jode que las madres digan que ya no soportan a sus hijos y más me jode que digan que tener hijos es lo más bonito de la tierra, esto, es un deseo egoísta porque se enorgullecen de ver crecer al hijo ideal quien, al final, no será como se lo esperan.

Me joden los que están en contra del aborto diciendo “es una vida y tiene derechos”, cuando es cuestión de probabilidades puesto que no sabemos si esa vida tendrá la fortuna de nacer en una buena familia o en una en la que sufra maltratos constantes debido a la falta de recursos de todo tipo.

Me joden las ideas sobre establecer “un vínculo más fuerte” teniendo hijos cuando quizá no están con la persona correcta.

Y me jode que la vecina le grite a sus hijos como si fueran animales.

Todo esto suena a queja (mientras lees esto supongo tu cara de asco) y sí lo es pero no es gratis. Es lo que he vivido todos estos años tanto en mi familia como en mi vecindario o es lo que veo a diario cuando viajo en el transporte público.

Así que, después de este rollo tan grande por supuesto que yo no me quiero embarazar, la simple idea me asquea y me perturba. YO QUIERO LUCHAR POR MI DERECHO A LA NO MATERNIDAD.
Quiero que la gente deje de mirarme, apuntarme y decirme que con el tiempo ya cambiaré de opinión, que está en mi naturaleza y que algún día querré hacerlo.

Quiero que se me respete y no se me involucre con la mayoría.

Fue horrible el día que llegué al médico por mis resultados de azúcar y colesterol. Le dije que iba por lo del análisis de sangre y él inmediatamente viendo mi edad peguntó “¿EMBARAZO?”

Grité para mis adentros ¡cómo se atrevía el muy hijo de puta a decirme eso a mí, A MÍ!

En fin, qué le vamos a hacer, es muy triste que lo más común para ellos es ver entrar a jóvenes de los 14 en adelante por esa misma razón.

                                                      

Carne Roll. Queer y de intereses extraños, arde por vivir en una sociedad respetuosa donde se eduque tanto a hombres como a mujeres sobre las mismas cosas y no en donde a las mujeres se les indique cuidarse como presas de animales grandes.

https://huevoestrellado.wordpress.com

 

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